[:es]Los camagüeyanos marchamos firmes y seguros por los senderos de Fidel[:]

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Hace un año acompañamos a nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en su viaje a la inmortalidad, sustentados en una de sus enseñanzas más trascendentales: la de hacer del cubano un pueblo consciente, como fundamento de su desempeño ético, un pueblo digno, solidario e internacionalista.

Es esa dignidad del magisterio de Fidel la que ha permitido mantener muy en alto los principios y seguir la obra revolucionaria cubana, que -como él dijera- comenzó en 1868 y continúa enfrentando nuevos y amenazadores retos en nuestros días, ante la acometida del cavernícola genocida de turno al frente del Gobierno en el vecino Estados Unidos.

Y es que de los preceptos de Fidel, ninguno más recurrente para los tiempos que corren que el expresado el 4 de enero de 1959 en la camagüeyana plaza de La Libertad, cuando aseveró que “ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos”; y así ha sido, y será, como demostramos en el día a día.

Los camagüeyanos acompañamos a Fidel, y no fue casualidad que en octubre del año inicial del triunfo cristalizáramos lo que quizás haya sido la primera Marcha del Pueblo Combatiente en Cuba, esta vez, encabezada por el propio Comandante en Jefe y uno de sus más fieles seguidores, Camilo Cienfuegos, para hacer fracasar un complot contrarrevolucionario.

El Camagüey siempre estuvo en la idea estratégica del Comandante en Jefe para el desarrollo socioeconómico cubano, y muchas de las realizaciones revolucionarias extendidas a todo el país y a otras partes del mundo comenzaron por estas llanuras, visitadas en múltiples ocasiones por nuestro líder.

Pero si de prácticas a partir de la percepción camagüeyana se trata, todas cambian el paisaje circundante de la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe, y nacieron y aún nacen -a pesar del bloqueo yanqui a la Isla- industrias, instalaciones educacionales, científicas y de la Salud, junto con asentamientos poblacionales con techo seguro para trabajadores y sus familias.

Su magisterio está presente para enfrentar amenazas y agresiones de todo tipo y burlar el bloqueo económico, comercial y financiero que por más tiempo se le ha aplicado a un país en la historia de la humanidad, reiteradamente condenado por abrumadora mayoría de naciones del planeta.

Solucionar los daños dejados por el huracán Irma y materializar la indicación del general –presidente Raúl Castro para que nadie quede olvidado, para que nadie quede desamparado, es cumplir con la línea trazada por el líder histórico de la Revolución cubana en el Programa del Moncada.

Por tanto, no hay temor al afirmar que Fidel es eterno, pues siguen dinámicos su magisterio, su mandato, como permanente convocatoria a la acción, en la materialización plena de su legado histórico contenido en el Concepto de Revolución, para que la inmensa mayoría del pueblo cubano, con su Partido Comunista al frente, marche firme y segura por los senderos de un Socialismo próspero y sostenible.

Comandante en Jefe, ¡Ordene!, que los agradecidos de la tierra de El Mayor, le acompañamos. (Foto: Archivo)[:]