Gobierno colombiano reitera su compromiso con pacto de paz

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Bogotá, 19 may.- El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, reiteró que el Gobierno colombiano está comprometido de manera indeclinable con el cumplimiento de los acuerdos firmados con las FARC-EP.

 

En declaraciones a la emisora BluRadio el funcionario aseguró que la mayoría del Congreso, donde se tramitan las llamadas normas de la paz, está a favor de la implementación de lo consensuado con esa guerrilla, ahora en proceso de desarme.

La víspera la Corte Constitucional dictaminó que no es necesario el aval del ejecutivo para promover modificaciones a los proyectos de ley en torno a los convenios con ese movimiento y que no es válida la votación en bloque de las propuestas (como había ocurrido hasta la fecha), decisión celebrada por los opositores de derecha.

Tal fallo no es para alarmarse, es cierto que dificulta la aplicación (de lo convenido) desde el punto de vista normativo pues los procedimientos pudieran ocurrir de forma más lenta, pero el Gobierno ha demostrado que tiene suficiente apoyo para validar las iniciativas relacionadas con el histórico trato, insistió el titular del Interior.

Cristo recordó que ya fueron aprobadas en el máximo órgano legislativo un grupo de normativas que a su juicio son esenciales para garantizar el desarme y la seguridad jurídica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), entre las que mencionó a la Ley de indulto y amnistía y la referida a la reincorporación política de ese grupo.

El pasado 24 de noviembre el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de esa organización insurgente, Timoleón Jiménez, suscribieron el tratado definitivo para terminar los enfrentamientos y hostilidades entre ambas partes.

Dicho documento contempla entre sus medidas la instauración del cese el fuego bilateral, ya vigente, así como la dejación de armas con supervisión de una misión de Naciones Unidas.

Unos siete mil hombres y mujeres de esa agrupación permanecen concentrados en 26 lugares del territorio nacional con el fin de abandonar el armamento en su poder y prepararse para su reintegración a la vida civil.

Confiamos en que el presidente haga valer las facultades que le otorga la Constitución para sacar adelante este proceso de paz, escribió este jueves en su cuenta de Twitter el comandante de las FARC-EP Iván Márquez, jefe de los negociadores guerrilleros en los diálogos con representantes gubernamentales.

En tanto el senador Roy Barreras comentó a RCN La Radio que aunque respeta la determinación de la Corte Constitucional su sentencia lo deja intranquilo por cuanto pudiera generar incertidumbre entre los combatientes que están dejando las armas en los sitios de concentración.

El fallo sorprendió a todos, pero hasta ahora ha habido mayorías y las habrá para defender el acuerdo, aquellos que piensan que echarán atrás un proceso el cual ha salvado vidas y ha terminado una guerra de medio siglo aplauden en vano, enfatizó el congresista.

El partido Centro Democrático (CD), encabezado por el exmandatario Álvaro Uribe, es el principal detractor de lo concertado con las FARC-EP al punto que prometió ‘hacer trizas’ el pacto del 24 de noviembre de ganar las elecciones presidenciales en 2018.

La llegada de un nuevo gobierno podría cambiar el panorama, admitió Cristo, quien llamó a aprovechar el tiempo restante para avanzar en la implementación dentro del Capitolio.

Colombia celebrará comicios legislativos en marzo del año entrante y posteriormente en mayo las votaciones para escoger al sucesor de Santos.

Aunque el Congreso ha avalado leyes fundamentales para afianzar la paz, restan algunas igualmente clave como las que darán vía libre a la proyectada transformación del campo con una reforma rural integral, asociada a la sustitución voluntaria de los cultivos cocaleros por otros plantíos.

La lucha por una distribución equitativa de la tierra y mayores oportunidades para quienes la cultivan es una de las raíces profundas del conflicto armado interno.

En opinión de expertos, el éxito y credibilidad del presente período de posacuerdo (con las FARC-EP), resulta vital para impulsar las nacientes conversaciones con el igualmente rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN), de cuyos resultados depende que Colombia conquiste un escenario de distensión duradero y más abarcador.

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