Exagente de la CIA confirma injerencia de EEUU en Bolivia
“Un golpe suave significa derribar un Gobierno a la fuerza, el país A va a cambiar el Gobierno en el país B, utilizando esto que nosotros llamamos el golpe suave”, expresa la grabación publicada en Tik Tok.
Añade el agente de la subversión cuyo amplio prontuario está registrado en Internet, que un primer paso consiste en destacar ante la opinión pública “lo malo que es el Gobierno”, su carácter autoritario y que tiene al frente un dictador.
Un tercer paso, agrega, consiste en calentar las calles con las protestas.
“Hay que protestar por lo que sea -enumera-, por el gas, por el precio de los autobuses (…) porque no tenemos gasolina, los sueldos de los maestros (…), cualquier cosa, no importa, solamente es una excusa, pero hay que salir y protestar para calentar las calles”.
Aledo sostiene que la cuarta etapa es cuando ya se toma el Gobierno, ya no funciona y tampoco la economía; las calles están bloqueadas, las fábricas paradas, las tiendas cerradas y existe violencia general en las calles, cocteles Molotov (bombas incendiarias caseras).
Precisa que la única manera de solucionar esta situación es que se vaya el Gobierno y se ponga el que las fuerzas opositoras desean.
Concluye en un arranque de sinceridad, cuando sostiene que “Estados Unidos organiza ese tipo de golpes, son maestros haciendo golpes suaves, revoluciones de colores”.
Estos métodos de subversión tienen su antecedente en la obra The Craft of Intelligence (El Arte de la Inteligencia), escrito por Allen Wells Dulles, director de la CIA entre 1953 y 1961.
Artífice del derrocamiento del Gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, en ese volumen Dulles describió la estrategia que después se aplicó para despolitizar a la juventud específicamente de la exUnión Soviética, y que hoy mantiene su vigencia en la subversión contra los Gobiernos progresistas de América Latina.
“Los Estados Unidos poseen el 50 por ciento de la riqueza del mundo, pero solo el seis por ciento de su población. (…) Nuestra auténtica tarea consiste en mantener esta posición de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional”, escribió.
“Para lograrlo -enfatizó-, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de abandonar objetivos vagos y poco realistas como los derechos humanos, la mejora de niveles de vida y la democratización”.
Dulles recomienda en su libro sembrar “(…) el caos (…), sin que sea percibido, sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos, destruyendo su autoconciencia. Solo unos pocos acertarán a comprender lo que realmente sucede (…)”. (Tomado de Prensa Latina)