Escuela Solidaridad con Panamá es un lugar sagrado, afirma Kirill

La Habana, 14 feb.- Como un lugar sagrado nombró el Patriarca Kirill de Moscú y de Toda Rusia a la escuela Solidaridad con Panamá, inaugurada en La Habana en 1989 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, para atender a niños con limitaciones físico-motoras.

Siete infantes en sillones de ruedas y uno de ellos con un ramo de flores blancas dieron la bienvenida al líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en representación de los 176 alumnos que, de lunes a viernes, reciben materias especiales por un colectivo integrado por 67 especialistas, incluidos, logopedas, psicólogos y terapeutas ocupacionales.

Tras recorrer las aulas, talleres y laboratorios de computación del amplio plantel, guidado por Esther María La O Ochoa, su directora desde hace 20 años, y demás trabajadores, Su Santidad Kirill disfrutó en el salón de actos de las afinadas voces de los pequeños que interpretaron temas como la tradicional guantanamera.

Uno de los recibimientos más emotivos fue la danza realizada por Dailyn Valdés, de 10 años de edad, sin brazos desde nacimiento, con quien Su Santidad pidió ser fotografiado.

Es una alegría verlos cantar y bailar perfectamente, ustedes son muy necesarios para la sociedad, son ejemplos de cómo un ser humano vence los obstáculos, dijo el líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, al tiempo que manifestó sentirse como en un lugar sagrado.

Deseo que nunca tengan angustia, porque cada uno de ustedes es capaz de hacer algo que otros no pueden, lo cual he podido corroborar al escuchar sus canciones y ver ese baile tan maravilloso, confesó, y subrayó que “es muy bueno que el Estado y la sociedad cuide de los niños con limitaciones”.

Me siento feliz y que Dios los guarde, expresó a los niños, a quienes les obsequió sillones de ruedas, computadoras, juguetes y chocolates.

En presencia de Caridad Diego, jefe de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central de Partido Comunista de Cuba, y Marta Hernández, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular en La Habana, La O Ochoa trasladó al Patriarca Kirill el saludo de todos los trabajadores y niños de la escuela.

Agradeció los regalos que -dijo- serán compartidos colectivamente. “Todos disfrutarán mucho los chocolates”, aseguró entre risas la directora, mientras los niños presentes asintieron con un sí rotundo.

El mandatario firmó el libro de visitantes de la escuela, donde apuntó, en su idioma, que las enfermedades y las limitaciones físicas no pueden limitar el espíritu humano que es inmortal; “agradezco de todo corazón a los trabajadores que en este santo lugar ayudan a los niños a conservar la fuerza y obtener la victoria contra los padecimientos físicos”.

Invitado por el General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Su Santidad Kirill llegó en la tarde del 11 de febrero a Cuba, visita que concluirá mañana domingo.