El aplauso de cada noche
La pequeña Analía y los hermanitos Yohana y Yonatan, en sus respectivos hogares, le preguntan cada noche a sus abuelas, si falta mucho para las nueve. Ellos no se conocen, pero tienen el mismo deseo de participar en el aplauso colectivo dedicado a los médicos cubanos, el personal de la salud, y a todos los que trabajan enfrentando esta pandemia del coronavirus Covid -19, para erradicarlo y que no haya más víctimas fatales.
Estos pequeños apenas conocen el significado de un acto como este, y lo que representa para el personal que hoy hace frente a esta nefasta enfermedad que ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo, pero saben que sus mayores le enseñan esos buenos valores por los que estas personas hoy arriesgan sus vidas, traspasan las fronteras y van a contribuir al mejoramiento de tantos seres humanos como sea posible, mucho más allá de ideologías, credos o sistemas sociales.
Para las abuelas de Analía, Yohana y Yonatan representa un instante de regocijo, de alegría entre tanto dolor por los que fueron víctimas y no pudieron ser salvados, porque ellas, como muchas otras abuelas cubanas, están seguras que sus nietas, quizás mañana pertenezcan a ese ejército de batas blancas, a ese contingente internacionalista de médicos que hoy alivian el dolor y salvan vidas, y sean los merecedores de ese aplauso que hoy se les tributa a las nueve cada noche.