Educar lejos de las adicciones, una tarea de la sociedad santacruceña
Santa Cruz del Sur, 27 jun.- Los seres humanos transitan por la maravillosa etapa de la juventud donde se sienten dueños absolutos del mundo que les rodea, y para no actuar de manera desfavorable que empañe el comportamiento social se requiere andar con paso firme y seguro.
Los consejos atinados de la familia, de los amigos que actúan de buena fe y las charlas educativas dadas con frecuencia por el personal especializado de Salud Pública en centros de estudio, de trabajo y del barrio, forman parte fundamental de esa labor que exhorta a la juventud local a no dejar el camino correcto por vereda enyerbada.
Divertirse de forma sana, teniendo en cuenta la proximidad de la etapa vacacional, conlleva a los jóvenes a no caer en la engañosa enredadera que traen la ingestión de bebidas alcohólicas, las drogas o el dañino hábito de fumar.
Expertos internacionales ubican al alcohol y al tabaquismo como drogas portadoras, adicciones clasificadas así porque son las formas comunes de iniciación de quienes luego caen en el pozo de otras dependencias perjudiciales de sustancias nocivas.
Se conoce, porque hay ejemplos de sobra, como del alcohol se derivan conductas que ocasionan tragedias familiares, laborales y sociales. Muchas son las personas que asumen cotidianamente estos comportamientos cargados de agresividad.
Es tarea de la familia, los educadores, los médicos del programa de atención a la comunidad, los delegados de circunscripción, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas y de la sociedad en general, velar por guiar y corregir conductas inadecuadas en los jóvenes.
La juventud santacruceña, como la del resto de la nación cubana, vive en una isla que educa y forma con los mejores valores a las mujeres y hombres del mañana, para que esta al crear sus familias, lo haga guiando con buenos ejemplos a la generaciones que le sucederá.