Cuba, con la mirada puesta en el desarrollo endógeno
En los proyectos ahora presentados, manifestó el ministro de economía, Alejandro Gil, pueden participar múltiples actores, estatales o no, e incluso, formar alianzas entre ellos.
Heterogéneas pueden ser igualmente las formas de financiamiento empleados: puede entrar allí el Presupuesto del Estado, fondos del gobierno destinados al desarrollo, un donativo o una contribución internacional, o el aporte de una cooperativa o persona natural.
Uno de los mayores atractivos de la política es que los participantes de esos proyectos podrán recibir un pago adicional al salario, a partir de los resultados de la empresa misma.
También pueden sus integrantes retener una parte de la divisa generada, hasta el 50 por ciento de las utilidades después de impuestos, según dijo, y destinarse este monto para el reaprovisionamiento.
Es aquí donde se vuelve fundamental la ambición desarrollada por estas iniciativas con respecto a la exportación, manifestó Gil, pues es un acicate para fomentar la competitividad.
Desde hace algún tiempo busca Cuba insertar a sus comunidades dentro de su portafolio del comercio exterior.
Según declaraciones realizadas oportunamente por Vivian Herrera, directora del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, con el objetivo de multiplicar las ventas, los gobiernos provinciales fueron exhortados preparar carteras de los productos cuyo fin podría ser la venta en el mercado internacional.
Gracias a las informaciones tributadas por los diferentes territorios, reveló, se confeccionó un mapa de las exportaciones que debe contribuir a atraer al mercado mundial en cuyo empeño los gobiernos provinciales juegan un papel fundamental.
Como uno de los ejemplos identificados mencionó la fibra de coco procedente de la oriental región de Baracoa.
Pese a parecer un desecho, estimó, tiene muchos usos entre los que se halla la confección de rellenos para colchones y de asientos de autos.
A juicio de la analista del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, Lissette Robaina, el mayor reto de la nación en los próximos años es darle a la administración pública un papel más activo dentro de estos procesos de desarrollo.
Una de las prioridades, dijo, es cumplir establecido en la Constitución y que se reconozca al gobierno provincial, por ejemplo, como un ente regulador y de fomento; y le sea dado al municipio, en su condición de célula básica de la división política administrativa, un rol decisor con capacidad de armonizar y poner sus recursos en los lugares donde resulten de provecho.
Los desafíos fundamentales para el desarrollo territorial, valoró, están en el fortalecimiento de las capacidades existentes, en la vinculación de todos los actores presentes en un territorio en función de una estrategia consensuada y validada por la población.
Pero, a futuro, Robaina estima que esto podría incluir otros enfoques capaces de dotar de mayor integralidad a los proyectos tales como la inclusión de los jóvenes, o el favorecimiento de un envejecimiento saludable para las personas de la tercera edad.
Con el máximo aprovechamiento de los recursos endógenos, sin apelar forzosamente al elemento importado, se defiende hoy en Cuba el desarrollo territorial.
Sin la más mínima pretensión de convertir a la localidad en un feudo separado del resto del país, el ministro Gil consideró que el diseño de la política busca aprovechar al máximo las potencialidades existentes en la nación con la conjunción de todos sus actores.
Juntos, sentenció, podemos enfrentar la compleja situación económica del país y del mundo.
Apeló así a una unidad capaz de brotar del protagonismo que puede alcanzar cada una de las comunidades del país. (Prensa Latina)