Cultura

Buscan legitimar al Sucu Suco como Patrimonio Cultural Inmaterial

Nueva Gerona, 31 dic.- El Sucu Suco, variante del son cubano originada a fines del siglo XIX en Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud, será una de las propuestas a legitimar como Patrimonio Cultural Inmaterial de este municipio especial.

La iniciativa se sustenta en la nueva Ley de Patrimonio Cultural y Natural, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, con entrada en vigor en marzo venidero, y tiene como finalidad reconocer, proteger y promover las expresiones culturales que forman parte de la identidad nacional, dijo Beatriz Gil Sardá, especialista en esa actividad en el territorio.

Recordó a la Agencia Cubana de Noticias que se llama Sucu Suco al baile, la música y la fiesta en general, legado actualmente vigente gracias a la tradición oral y familiar de quienes lo han cultivado y transmitido de una generación a otra.

Comenzó a gestarse en la finca La Tumbita, no lejos del poblado primigenio de Santa Fe, donde la pinera Bruna Castillo, allá por 1870, figuró entre quienes lo cultivaron, conocido entonces como rumbita, rumba, cotunto y otras denominaciones, hasta que en la década de 1920 adoptó su nombre definitivo.

Fueron los descendientes de Bruna quienes mantuvieron vivo su legado musical, ya con el nombre de Sucu Suco, onomatopeya a partir del sonido de los pies al arrastrarse al compás del ritmo sobre el rústico entarimado de madera que tapizaba el suelo de los bohíos y de los salones de baile de la época.

Uno de sus principales exponentes fue Ramón Rives Amador, más conocido como Mongo Rives (1929-2022), laudista y compositor que fundó en 1945 la agrupación La Tumbita Criolla, con la que difundió el ritmo por toda Cuba y el resto del mundo.

El célebre músico y compositor cubano Eliseo Grenet, en 1948 investigó las peculiaridades sonoras del Sucu Suco y tuvo en Mongo Rives y su familia la mejor fuente de información y las más acertadas referencias para adentrarse en las sonoridades de esa música pinerísima, que sumaba a los instrumentos tradicionales otros, como el machete, utilizados en las labores agrícolas y que le otorgaban un timbre sui géneris.

Entre los temas más populares del género en Cuba figuran Los majases no tienen cueva, de Eliseo Grenet, 1948; Yo quiero bailar con María Elena (Avelino Cabrera y Mongo Rives, 1975); Si no fuera por Emiliana (Carlos Puebla, 1978) y Cántalo pero báilalo (Silvio Rodríguez, 1983).

Esta variante sonera resultado de la fusión de las influencias musicales españolas y africanas, así como de colonos, esclavos, piratas y presos comunes y políticos asentados en la antigua colonia penal Reina Amalia cuenta con suficiente aval para ser proclamado Patrimonio Cultural Inmaterial, por ser parte del tejido simbólico de Cuba. (Texto y foto: ACN)