Al sur

Arturo Peña sobre Emboscada de Pino Tres: Las detonaciones se sentían muy claro

Santa Cruz del Sur, 27 sep.- Prodigiosa memoria la del centenario Arturo Peña Arredondo. Expuso las difíciles circunstancias en las que él y los demás integrantes del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) realizaban labores clandestinas en el poblado de Becerra, asentado en tierras del antiguo central Macareño de esta localidad al sur camagüeyano.

Después del triunfo de la Revolución cubana comenzó a llamarse comunidad de Haití, sitió marcado por la historia de luchas tras el paso con anterioridad de las columnas rebeldes comandadas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, las que tuvieron respaldo del M-26-7 en esa área.

El entrevistado mantuvo activadas las evocaciones. Parecía volver a vivir el peligro.

“Muchas veces mis compañeros de lucha y yo nos vimos acosados. Cogíamos el monte donde teníamos mochilas y algunas escopetas. Pasado el peligro volvíamos a nuestras casas”.

Israel y Romárico Arredondo, Chano Cabeza y Moisés Peña se reunían en la vivienda del lugareño. Hasta allí, tomando las debidas precauciones, llegó un compañero de la lucha clandestina en Camagüey a mediados de 1957, quien de manera oficial constituyó la revolucionaria estructura.

La primera tarea a realizar luego del encubierto encuentro fue la venta de un bono de diez pesos del Movimiento.

“Nosotros no teníamos ni un centavo. Tuvimos la suerte que un compañero ligado a iguales ideales nos dio el dinero.

Recogíamos balas, armas y medicamentos para los rebeldes que acampaban en los montes de San Miguel. Cualquier delación nos podía costar la vida, por eso cumplíamos con rigurosa disciplina cada misión”, expuso Arturo.

Al filo de la medianoche del 27 de septiembre de 1958 los disparos en el poblado de Pino Tres despertaron a los becerreños.

“Las detonaciones de las armas de grueso calibre se sentían muy claro. No imaginábamos que la tropa de la Columna 11 Cándido González había sido emboscada”, expresó.

Al día siguiente, se amaneció con la noticia de que habían acabado con los rebeldes.

“Después de las nueve de la mañana salí con Israel, Romárico, Chano y Moisés a ver de qué podíamos enterarnos. No pudimos avanzar mucho, la avioneta de la gente de Batista sobrevolaba el lugar”, indicó.

Horas después, tres heridos de la columna rebelde atacada por sorpresa en Pino Tres, llegaron hasta Becerra. Tuvieron la suerte de que personas de confianza los entregaran a integrantes de la célula clandestina allí existente, dándoles debida atención. Luego fueron trasladados para Camagüey.

Peña Arrendo y sus fieles compañeros continuaron activos contra la dictadura hasta el triunfo definitivo liderado por Fidel Castro. A sus 100 años el revolucionario santacruceño ratificó tener la pujanza de la juventud para defender la Revolución cubana a cualquier precio.