[:es]A su debido tiempo[:]
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Es conocido que cuando hay un bebé en casa, poco a poco, mamá y papá van mostrándole el entorno, empiezan por las marugas y juguetes, hasta los animalitos del hogar o del barrio. No faltan tampoco las imágenes del televisor, y por supuesto, de la computadora.
Con el ánimo de entretenerlo o hacerle reír, más de una familia que tiene computadora lo pone frente al monitor para observar sus reacciones al enfrentar imágenes y colores. Así, como un juego, lo van acostumbrando desde edades tan tempranas, a un recurso que puede ser dañino para sus ojos, y según los científicos, para el futuro desarrollo cerebral de los pequeñines.
No exagero. Ya la ciencia advierte a los padres que la nueva tecnología constituye un riesgo para el desarrollo cerebral infantil, al descubrir las computadoras antes que el lápiz y el papel -con la diversión implícita- del garabateo inicial de rasgos, y por ese camino, sus primeras letras.
Las neurociencias del mundo han confirmado que los niños quedan atrapados –cual adultos- a las nuevas tecnologías, pero, cito textualmente: “al llegar a las primeras aulas podrán identificar letras, pero tendrán grandes dificultades para juntarlas y formar palabras”.
Las conclusiones se basaron en un estudio que requirió dividir a los niños en dos grupos para enseñarles a escribir las letras: en uno, a mano, en otros, con el teclado. Pero, paralelamente, recurrieron a la resonancia magnética y evaluaron la actividad cerebral y el cambio de la mente infantil a largo tiempo, en la medida que los menores conocían el alfabeto.
Los resultados escaneados -antes y después de realizar las pruebas- permitieron a la ciencia comparar a los grupos entre sí; midieron, además, el consumo de oxígeno en el cerebro como indicador de la actividad cerebral. Finalmente, resumieron que ese importante órgano responde de distinta forma entre el grupo que aprendía la escritura a mano y el que usaba el teclado.
Por si fuera poco, los infantes que escribían normalmente, reflejaron una activación cerebral similar a la de personas que saben leer y escribir, mas no ocurrió igual con quienes utilizaron la computadora.
Los neurólogos confirmaron así, que el cerebro responde de forma distinta a las letras cuando se aprende de forma natural. Por tanto, informaron al mundo que “los datos de escáneres cerebrales sugieren que la acción de escribir prepara al cerebro para un sistema de aprendizaje que facilita la lectura cuando los niños llegan a esa etapa”.
Y sepan interpretar amigos, que esa iniciación de los niños de aprender a escribir mediantes las nuevas tecnologías, incluye, la etapa de lactante y todos los años anteriores a su ingreso en el preescolar, tanto de círculos infantiles, como de escuelas.
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