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Paz sin fronteras, una fiesta de 300 minutos en el mediodía habanero

Paz sin fronteras, una fiesta de 300 minutos en el mediodía habanero La Habana, 20 sep.- La Plaza de la Revolución será hoy aquí un hervidero humano con la paz y la música fundiendo en uno solo su poder de convocatoria, en un concierto único del colombiano Juanes y otros 14 artistas cantando para 11 millones de cubanos.

Su sello de identidad es Paz sin fronteras, el nombre del proyecto de Juanes materializado por primera vez en 2008 y ahora en La Habana. Para convertir en realidad este sueño suyo, tuvo que enfrentar las agresiones y críticas de los sectores más recalcitrantes del exilio en Miami.

Un sueño que venció al miedo para emerger con más fuerza

Este camino a Cuba, dijo el artista a Prensa Latina, me ha servido para entender muchas cosas. Habrá un Juanes antes y después de este concierto. El Juanes después de Cuba es el que yo quiero ser.

El enorme perímetro de la Plaza, ligada de raíz a la historia y las vivencias de los cubanos, es un escenario envidiable a cielo abierto, con 12 cámaras en diferentes soportes que permitan el contrapunteo de las imágenes, el diálogo entre artistas y público, la riqueza de un espectro con la música como puente comunicante.

Ubicado con la Biblioteca Nacional José Martí al fondo -símbolo del arte y la cultura, del saber acumulado a través de los siglos-, el escenario cuenta con equipos de alta tecnología capaces de garantizar la nitidez del sonido, la pureza de la calidad audiovisual para que la señal viaje, vía satélite, a todo el mundo.

La víspera los músicos que protagonizarán el concierto hicieron una prueba de sonido y la pureza del resultado los dejó complacidos, tanto como el escenario en cuyo acondicionamiento trabajaron arduamente técnicos, ingenieros y especialistas de varias nacionalidades.

El montaje de la pantalla gigante, que permitirá al público seguir los pormenores del concierto desde cualquier ángulo de la Plaza, estuvo a cargo de un técnico norteamericano.

El lugar de la cita era conocido desde antes y los cubanos comenzaron a prepararse con tiempo suficiente como para viajar desde distintos puntos del interior,prestos a guardar en su memoria afectiva este concierto trascendente, a incorporarlo al imaginario colectivo.

Paz sin fronteras es desde hace días un tema cotidiano en La Habana. Circula a sus anchas en las calles.

Cinco horas para una fiesta de la paz a la que Juanes convocó a los jóvenes a vestir de blanco, a portar gorras blancas para protegerse del sol indoblegable de septiembre.

Creo que tenemos que estar ahí, y no solamente en Cuba, también en Ecuador, México, por todos lados y recordar siempre que no podemos dejar que nos dividan más, subrayó Juanes.

Cinco hora para que resplandezca la paz. 300 minutos para la música como un abrazo tendido al futuro. Los cubanos lo saben y acudirán a la cita en brazos de una corriente masiva, (PL)