!Felicidades, Ramón!

!Felicidades, Ramón!La Habana, 9 jun .- Muros y rejas no podrán impedir que el amor entre a raudales en la celda de Ramón Labañino este nueve de junio ni silenciar el clamor de quienes, desde todos los confines del planeta y, especialmente, desde su Patria, le cantarán ¡Felicidades! en su cumpleaños 46.
   
A Elizabeth Palmeiro, su esposa, se le hace difícil la espera de esa llamada telefónica, que por breves minutos obrará el milagro de sentirlo en casa, junto a ella y las niñas, que un año más verán sin cumplir el sueño de ayudarlo a picar el cake y soplar las velitas.
   
“No sé cómo haré para trasmitirle tantos saludos y felicitaciones”, asegura, orgullosa de su marido y de esa solidaridad que cada vez más encuentra en todas partes  para una causa que es también suya, de su pueblo y de cuantos defienden la vida, el amor, la verdad, la paz y la justicia.
   
Presente en el concierto ofrecido este lunes en el Monte de las Banderas por artistas cubanos de varias generaciones, Elizabeth agradeció esa y tantas otras acciones en favor de Ramón y sus hermanos de lucha Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero y Fernando González, presos desde 1998 en cárceles de Estados Unidos por combatir el terrorismo.
   
Actos, conversatorios, conferencias, mítines, artículos publicados en periódicos y revistas, envío de postales: de muchas maneras se ha combatido en estos días en el mundo entero, expresó esta mujer de mirada dulce y serena, que se ensombrece al recordar que hace ocho años, víspera también del cumpleaños de Labañino, la farsa judicial fue completada en Miami con el veredicto de culpabilidad .
   
La emoción y la nostalgia vuelven a la carga al mencionarle la carta que Ramón escribiera a sus hijas más pequeñas, Laura y Lisbet, cuando la lucha apenas si comenzaba, y leída durante el concierto, como otro testimonio de amor, entereza y confianza.
   
“Me la sé casi de memoria, tantas veces he repasado esas líneas, que a pesar del tiempo no dejan de conmoverme por su sencillez, honestidad y ternura. Esa carta me ayudó muchísimo, para poder explicar y ayudar a las niñas, entonces muy pequeñas, a entender lo que sucedía y a comprender y aquilatar la grandeza de su padre”.
   
Como quien desgrana unos versos, recuerda lo escrito por Ramón: “Pero sepan que hube de marchar por el amor a ustedes y a todos… Sean fuertes, muy fuertes para vencer siempre con una risa en los labios cada tarea que enfrenten en la vida. Por mí no se preocupen, estoy bien y soy fuerte, mucho más ahora que me acompañan ustedes, todo mi pueblo y la dignidad del mundo”.
   
Ese es el hombre que hoy está de cumpleaños, cautivo, pero infinitamente libre, entero y de pie. ¡Felicidades, Ramón!
(Maria Elena Alvarez Ponce/ AIN)