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El Ajedrez no cree en injustas rejas

El Ajedrez no cree en injustas rejasEl amor por el Juego Ciencia, el Ajedrez, fue el vínculo que un día unió los caminos de Lázaro Bueno, profesor de esa disciplina en la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte y Loynaz”, y Antonio Guerrero, uno de los antiterroristas cubanos todavía preso injustamente.

Con Lázaro conversé hace ya algún tiempo por otro motivo, pero su pasión por ese deporte y la amistad que surgió con Tony, lo llevó, inevitablemente, a narrarme todos los detalles.

“Tony me cuenta que ha presenciado cómo la práctica del Ajedrez ha ganado más popularidad en la prisión, incluso sobre otros juegos que como el póquer no desarrollan el intelecto ni la fraternidad, sino todo lo contrario.

“Ese papel tan edificador fue lo que me motivó para, con la ayuda de Tony, concebir un libro sobre la importancia del Ajedrez en las prisiones, y actualmente estamos ambos en el proceso de construcción de la obra, incluso la editorial Gente Nueva ha mostrado su interés en el proyecto”.

– ¿Tienen pensado algún título para el libro?

– Bueno, eso no se define hasta el último arreglo, pero hasta ahora será “Ajedrez hacia la luz”.

Más que héroes por su valor y el sacrificio de dejar su hogar y su patria para cumplir con una importante tarea en beneficio de todos los cubanos, Tony y los Cinco son seres humanos que aman la libertad y, por supuesto, el intercambio que propicia jugar Ajedrez.

Con él -recuerda Lázaro- los estudiantes de nuestra Universidad han realizado varias partidas online, intercambios a distancia, gracias a la tecnología que además les ha permitido conocer la rutina diaria de Tony.

“Es realmente incansable, como artista, como poeta, y eso lo ha mantenido con una buena salud física y mental.”

La pasión por el Juego Ciencia ha posibilitado que surja una sólida amistad entre el profesor camagüeyano Lázaro Bueno y Antonio Guerrero, un héroe que también se enamora de los movimientos de torres, peones, alfiles… a través de las 64 casillas.

“Ya Tony y su familia me consideran uno más, incluso recientemente visité su casa en La Habana. Tal parece que él y yo tenemos una amistad de muchos años; sin embargo, no nos conocemos personalmente.

“Yo sí tenía una imagen muy grande de él, por todos los sacrificios por los que ha tenido que pasar, y pasa, y ahora que mantenemos comunicación, puedo comprobar que es un gigante de corazón.

“Durante los 17 meses que estuvieron en El Hueco, (los Cinco) se dictaban las jugadas de Ajedrez por las rendijas de las puertas de la prisión, y uno de ellos -no recuerdo bien quién fue- construyó un tablero de cartón, pintaron las piezas y así realizaban todos los movimientos de las partidas.

Aunque la mayoría hacía ejercicios físicos de manera individual, el Ajedrez fue el único deporte que pudieron practicar entre todos como grupo, y eso demuestra el valor, el poder de ese juego que no cree en el impedimento de las rejas.

Algún día podrá ser solo un tablero de Ajedrez lo que separe a Lázaro Bueno de Antonio Guerrero, en una fraternal batalla, en la que entonces ambos, como toda Cuba, le habrán dado jaque mate a la injusticia. (Foto: Internet)

Por Juan Mendoza Medina/Radio Cadena Agramonte.