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ZunZuneo, una vuelta a la guerra fría

ZunZuneo, una vuelta a la guerra fríaEl uso de la telefonía móvil y de redes sociales creadas de manera encubierta en Cuba desde Estados Unidos para promover desobediencia civil pudo haber tenido su primer ensayo en 2011, cuando MILENIO fue uno de los receptores en La Habana de un inusual y alarmista SMS.

El mensaje, enviado el 8 de mayo, anunciaba el “apaleo” por policías y la muerte del disidente Wilfredo Soto, y sugería el número de otro celular de un pastor religioso — también vocero de la oposición— a quien Soto, antes de morir, le habría hablado de la golpiza al ser detenido en la ciudad de Santa Clara, en el centro de la isla (MILENIO, La aldea, 06-18-2011).

A partir del intercambio de SMS y su impacto en las redes sociales, Washington y la Unión Europea condenaron en cuestión de minutos al gobierno cubano, aunque al interior del país no hubo mayor repercusión, salvo siete días de huelga de hambre del disidente Guillermo Fariñas, en señal de protesta.

La prensa local reprodujo declaraciones de médicos, testigos y familiares de la víctima, según las cuales “el fallecimiento se debió a una pancreatitis aguda, en una persona con severas dolencias crónicas” en la que, precisaron los patólogos, “no se observaron en el cuerpo síntomas de violencia física”, y poco a poco el incidente se desvaneció hasta de la agenda informativa internacional.

Por aquellos días, el proyecto ZunZuneo, desarrollado de manera encubierta en Cuba por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) —con acceso a medio millón de celulares y cuya existencia fue revelada por la agencia estadunidense AP hace apenas una semana— estaba activo y se mantuvo así hasta 2012, cuando desapareció sin explicación alguna a sus “más de 40 mil clientes”, según la cifra de AP.

No obstante, otro proyecto similar, Piramideo, se encuentra actualmente operativo en el país con la misma finalidad: “crear una especie de canal de comunicaciones” al margen del control de las autoridades, revelaron este domingo directivos de la estatal Empresa de Telecomunicaciones (Etecsa). El fin último es ir creando una “malla” de jóvenes cubanos que puedan ser movilizados con finalidades políticas, dijeron los ejecutivos.

Los servicios de contraespionaje nacionales detuvieron en diciembre de 2009 al subcontratista estadunidense de la Usaid Alan Gross —había comenzado entonces ZunZuneo—, mientras desarrollaba “redes clandestinas” de infocomunicaciones. Gross cumple una condena de 15 años de cárcel en La Habana bajo ese cargo.

Más tarde, el gobierno destapó a varios agentes infiltrados en grupos ligados “a la ciberguerra” contra Cuba y al mejor estilo de intrigas John Le Carré, éstos narraron a la tv hasta la introducción en la isla de antenas parabólicas, disfrazadas en tablas de surf para desplegar conexiones móviles a internet.

“La internet funciona muy rápido (contrariamente a la conectividad de tortuga que normalmente se registra aquí) y puedes usar Skype, video y voz en Yahoo (algo imposible en la cotidianidad cubana); la semana que viene estaremos hablando ¡gratis!”, se escuchó decir a uno de esos emisarios, llegados al país como turistas.

Proyectos como ZunZuneo y Piramideo “se promueven en las agencias de inteligencia occidentales, que usan las redes sociales en forma encubierta para la propaganda, la mensajería masiva y las construcción de historias falsas” con fines de manipulación, dijo el experto Glenn Greenwal.

ZunZuneo “pareciera ser una vuelta a la guerra fría, en momentos en que las históricamente agrias relaciones entre los dos países habían mejorado, al menos marginalmente, y Cuba había dado pasos hacia una economía más abierta”, comentó la AP en su reporte sobre el llamado Twitter cubano.

Pero el uso de redes y celulares con fines políticos no solo serían atributos modernos de la guerra no declarada que impulsa EU contra la isla desde 1960. “Gran parte de este esfuerzo se ha invertido en Cuba”, pero las llamadas “operaciones de conectividad efectiva (van) desde el río Bravo hasta la Patagonia”.

Tomado de Cubadebate