Conflicto de las Malvinas en nuevo escenario

Conflicto de las Malvinas en nuevo escenario La Habana. – El canciller de Argentina, Héctor Timerman, entregó el viernes 10 al presidente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kodjo Menan, una denuncia por la militarización del Atlántico Sur y las Islas Malvinas por parte de Reino Unido.

Asimismo, informó personalmente al presidente de la Asamblea General del la ONU, Nassir Abdulaziz Al-Nasser, y al Secretario General, Ban Ki-moon, sobre la violación de Londres de las resoluciones del organismo que convocan al diálogo para resolver pacíficamente el conflicto por la soberanía de ese archipiélago, situación que data de 1833.

De esa forma, Timerman cumplió instrucciones de la presidenta Cristina Fernández, quien alertó sobre el peligro que representa para la paz en su país, Latinoamérica y el mundo el envío de naves de guerra al disputado territorio.

"Este es un reclamo avalado por el conjunto de las sociedad argentina y latinoamericana. Malvinas se ha transformado en una causa latinoamericana", aseguró la jefa de Estado.

La ONU se ofreció para coordinar una solución pacífica a la controversia, posición que aceptó y agradeció el gobierno de Fernández.

Ban Ki-Moon instó a la Argentina y a Reino Unido a "evitar una escalada en esta disputa" y a resolver "las diferencias de manera pacífica y a través del diálogo".

La tensión entre Londres y Buenos Aires por la soberanía sobre las Islas se renovó en las últimas semanas tras pronunciamientos del primer ministro británico, David Cameron, quien calificó de "colonialista" a Argentina por su posición en esta causa. Además, se intensificó con el anuncio del envío del moderno destructor HMS Dauntless; de un submarino nuclear; y la llegada del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica, al territorio, donde realiza un entrenamiento militar.

El archipiélago cuenta con cuatro aviones Thyphoon en Mount Pleasant, base aérea con un radar, y una fragata o un destructor que patrullan la zona. Además, en las islas se mantiene una guarnición de mil 700 hombres.

"¿Para qué un Gobierno refuerza las posiciones militares y pone el tema dentro del Consejo de Seguridad Nacional?", cuestionó el canciller Timerman.

En opinión del vicepresidente argentino, Amado Boudou, Londres busca, con esta nueva escalada, desviar la atención de sus propios problemas internos como el "gran desempleo" o el intento "separatista de Escocia".

Aseguró que "en Europa están tratando de tapar los problemas de desempleo y de insatisfacción social" con temas "de alto impacto mediático" y "con una cuestión que está muy lejana a ellos".

Desde 1833, cuando Reino Unido tomó por la fuerza el archipiélago y expulsó a sus habitantes, Argentina realiza ingentes gestiones porque le sea devuelto.

Ambos países han mantenido desde entonces un cruce diplomático con altibajos, pero el clímax fue la guerra de 1982, cuando la dictadura del general Leopoldo Fortunato Galtieri ordenó un desembarco en las islas.

ESTRATAGEMA DE LA DICTADURA MILITAR

Para Cristina Fernández esa contienda bélica, que comenzó el 2 de abril de aquel año y duró 74 días, no fue más que un ardid del decadente régimen militar argentino para desviar la atención de las crisis política, social y económica que sufría el país.

Lo cierto es que en aquella ocasión la dictadura de Galtieri esperaba respaldo de Estados Unidos. Nada más lejos de lo previsible.

La guerra concluyó con la rendición de las tropas argentinas, inferiores en número de efectivo y técnica militar inferiores que las británicas, que contaron con el apoyo del gobierno estadounidense y de los países de la Organización del Atlántico Norte.

Para Edgardo Esteban, periodista y excombatiente de aquella conflagración, se trató de un "genocidio iniciado por los militares el 24 de marzo de 1976", cuando se impuso una nueva dictadura.

"En las islas, los militares cometieron aberraciones denunciadas por quienes las sufrieron en carne propia: tortura física y psicológica y estaqueos", rememoró en uno de sus artículos.

El general Benjamín Rattenbach elaboró en 1983 un informe, a pedido de la Comisión de Análisis y Evaluación Político-Militar de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, que califica la Guerra de Malvinas como una "aventura irresponsable".

La presidenta Fernández, a raíz del aumento reciente de las tensiones en torno a esta cuestión, ordenó la desclasificación del documento.

El informe detalla, según Edgardo Esteban, que cada arma funcionaba por su cuenta; que los soldados carecían de preparación y que la conducción de las acciones estuvo plagada de errores.

Sobre esa base, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas destituyó y condenó a Galtieri a reclusión por 12 años, al almirante Jorge Anaya por 14 años y al brigadier Basilio Lami Dozo por ocho.

Sin embargo, dice el veterano de la llamada Guerra de las Malvinas o del Atlántico Sur, que no hubo otros condenados y Galtieri, Anaya y Lami Dozo, finalmente, fueron indultados en 1990 por el entonces presidente Carlos Saúl Ménem.

"La historia demuestra claramente que aquello (la guerra) no fue una decisión del pueblo argentino, sino de una junta desesperada por tapar una realidad", descubierta por "un grupo de mujeres de pañuelo blanco (madres de Plaza de Mayo) que buscaban a sus hijos y sus nietos", aseveró la jefa de Estado.

Luego de 30 años, el contexto es otro. Argentina cuenta con el respaldo de los países del Mercado Común del Sur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Unión de Naciones Suramericanas y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.

Estados Unidos, el histórico aliado estratégico del país europeo, publicó que el diferendo debe negociarse de forma bilateral, a lo que Gran Bretaña se rehúsa de manera permanente, "mientras ese no sea el deseo de sus habitantes".

Los Estados parte del Mercosur y asociados adoptaron una declaración el pasado 20 de diciembre, mediante la cual prohíben el arribo a sus puertos de buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas.

De igual forma, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América en su XI Cumbre, realizada en Venezuela, aprobó una declaración a favor de Argentina por el caso de las Islas Malvinas.

LOS RECURSOS NATURALES

San Antonio, Sebaldinas, Falklands, Malouines o Malvinas, han sido algunos topónimos dados al archipiélago de unas 200 islas e islotes, con una superficie de unos 12 mil kilómetros cuadrados, localizados en el Atlántico sur, a 480 kilómetros de la Patagonia.

El territorio en disputa, cuyas islas principales son Soledad y Gran Malvinas, está a 12 mil 276 kilómetros del punto más próximo de Reino Unido, el extremo sudoeste de la península de Cornualles.

La ganadería y la pesca son las principales actividades económicas de este territorio que tiene una temperatura máxima promedio en enero de 12,8 grados centígrados, pero se especula sobre sus abundantes reservas de petróleo.

Otro de los temas que revuelven el diferendo es la explotación de los recursos naturales por parte de Londres pese a las resoluciones de la ONU.

La llegada en enero de la plataforma petrolera Leiv Eiriksson, con bandera de las Bahamas, contratada por las compañías británicas Borders & Southern Plc y Falkland Oil and Gas Ltd, atizó la controversia.

Además de esas dos empresas, también exploran en esa área la Desire Petroleum y Rockhopper Plc.

Aunque hasta el momento ninguna de las dos últimas ha encontrado petróleo ni ha confirmado la posible extracción con estos trabajos, Reino Unido espera extraer crudo y gas natural antes del año 2016, lo que le permitirá amortiguar su declive energético.

Según publicó el diario británico The Sun, la compañía Andarko con capitales de los Estados Unidos podría pagar unos mil 600 millones de dólares al país europeo para participar de la exploración de hidrocarburos en la plataforma submarina de las Malvinas.

La resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas pide a Argentina y a Reino Unido negociar bilateralmente y no introducir modificaciones en el territorio mientras las islas atraviesan el proceso de soberanía.

Por eso la insistente denuncia de Buenos Aires, debido a que se trata de una franca violación de las disposiciones del organismo internacional.

En su primera aparición pública tras una operación de tiroides, la presidenta Fernández reiteró el legítimo reclamo de su país sobre las islas y denunció que Reino Unido "está depredando" el petróleo argentino y las especies marinas comerciales.

CAMBIANTES ARGUMENTOS BRITÁNICOS

Pese a las resoluciones de la ONU, que convocan a resolver el diferendo en la mesa de negociaciones, Londres se rehúsa e, incluso, busca continuamente argumentos para mantener la posesión del archipiélago.

El profesor de Política Exterior de la Universidad de Buenos Aires Agustín M. Romero recordó que el supuesto descubrimiento de esas islas por Reino Unido fue el primer argumento presentado al inicio del conflicto en 1833.

Esa razón se desmoronó por falta de bases históricas y fue dejada de lado, acotó.

La guerra de 1982 permitió a Londres consolidar como nuevo argumento el del derecho a la autodeterminación de los isleños.

Esa tesis, dijo, de igual modo careció de sustento, porque "la población argentina originaria fue expulsada por Inglaterra en 1833 y suplantada por súbditos de la corona".

Las Islas Malvinas se encuentran en una situación diferente a la del caso colonial clásico. Estaban gobernadas por autoridades argentinas y ocupadas por pobladores argentinos, quienes en 1833 fueron desalojados por Londres con el uso de la violencia y reemplazados por una población ajena al territorio y por una administración de origen colonial.

A través de este razonamiento, Argentina encontró su más fuerte sostén jurídico y apoyo internacional en las resoluciones de la ONU, las cuales sostienen que el principio de la autodeterminación es operativo en todos los territorios coloniales excepto en las Malvinas, puntualizó. Según el académico, Reino Unido intenta una nueva estrategia ante la carencia de argumentos sólidos en el tema y ahora busca que el archipiélago pase a tener la misma categoría de Aruba, Antillas Holandesas, Polinesia, entre otros, aseguró.

En 1965, el Comité de Descolonización de la ONU dictaminó que en las Malvinas hay una situación colonial que se debe resolver por medio de negociaciones.

Con la nueva maniobra, Londres entraría en el club de países de la Unión Europea con territorios que no forman parte de los que están en el Comité de la ONU, opinó.

El próximo paso de Reino Unido, alertó Romero, sería "sacar el tema de Malvinas de dicho Comité".(PL)