Deporte

Un lanzamiento más a la cuenta de Vera

Un lanzamiento más a la cuenta de Vera Cuando a finales del 2011 todos conocimos la noticia, el impacto fue total. Un accidente parecía robar la vida de uno de los mejores lanzadores del béisbol revolucionario, Norge Luis Vera, cautivador de santiagueros y cubanos con su virtuosismo en el box, su coraje en los partidos difíciles, su entrega sin límites en un terreno de pelota.

Luego vinieron días de incertidumbre sobre su gravedad, hasta que finalmente, con los albores del nuevo año, lo vimos despertar, hablar, compartir con amigos, familiares y especialmente, con su equipo de siempre, del que será difícil apartarlo tras tantas hazañas.

Las horas más duras, en teoría, han cedido. Resta una recuperación en la cual volverá a ponerse a prueba la voluntad de quien en más de una ocasión pidió la bola para tirar el juego final, ese que no todos tienen el valor de lanzar. A ese Vera, al más sencillo, pero corajudo, le toca subir al box de la vida.

En la última Copa Intercontinental de béisbol celebrada en Taichung —su último evento internacional de manera oficial—, Vera conversó con un grupo de periodistas más de lo habitual, quizás porque sabía que no mediaban grabadoras o por el ambiente tan familiar creado luego de una larga sesión de entrenamiento que interrumpió la lluvia.
 

Aceptó que no le agradaban las entrevistas, pero que respetaba y asimilaba cualquier crítica que le hubiera hecho la prensa y los aficionados. “Si dicen algo, siempre les hago caso, porque de béisbol saben todos en Cuba”, comentó mientras recordaba algunos materiales publicados sobre él en Granma y Juventud Rebelde, o aquella invitación hecha a la Plaza de Marte, en el corazón santiaguero.

Poco a poco contó las grandes emociones en su carrera deportiva: el partido contra los Orioles de Baltimore, las coronas nacionales con Santiago; el bateador casi imposible de dominar: el tunero Osmani Urrutia; y lo duro que es la lejanía familiar en un campeonato tan largo.

Por estos días en que todo el pueblo ha estado pendiente de su salud, aquellas palabras, ese gesto de intercambiar recuerdos, han tomado total vigencia para este periodista. No por lo factual o anecdótico, sino porque en esa ocasión, como ahora, Vera nos demostró que la vida vale más mientras cada segundo luchemos por ser mejor, por ser más humano.(Cubasi)