Tortugas marinas y ecoturismo en península cubana
Pinar del Río, Cuba, 13 dic .- La observación de tortugas marinas durante la etapa de anidación, sobresale entre las nuevas opciones del ecoturismo en el Parque Nacional Guanahacabibes, fundado hace una década en la península cubana homónima.
En las noches desde mayo hasta septiembre, se organizan en el paraje recorridos a las playas con el fin de presenciar la llegada de los quelonios para hacer sus nidos, propuesta preferida por turistas europeos y de otros continentes, comentó a Prensa Latina Osmani Borrego, científico local.
Tres especies de tortugas marinas (verde, carey y caguama) desovan en las dunas de Guanahacabibes, al amparo de proyectos conservacionistas.
Se trata -aseveró- de una oferta de gran demanda en la actualidad, pues posibilita ver tanto el arribo de los reptiles como sus nidadas.
En la temporada de desove se refuerzan las acciones para preservar a los habitantes del océano, venerados por antiguas culturas que los denominaban peces con escudos.
Mientras, en la arena se erigen campamentos de voluntarios para vigilar la llegada de las criaturas, cuidar los huevos y proseguir las pesquisas sobre los peculiares animales.
En la penumbra, los destellos del Faro Roncali, que marca el límite oeste del archipiélago cubano, acompañan a especialistas, pobladores y visitantes.
Paseos sobre farallones, viajes entre cavernas y recorridos por una selva tropical de elevada biodiversidad, son otras opciones de ese escenario natural, Reserva de la Biosfera, precisó Lázaro Márquez, director del Parque Nacional.
Camino a Cueva Las Perlas, los viajeros pueden apreciar un bosque que abriga a árboles de más de 200 años de edad y a numerosas variedades de pájaros como el Tocororo, la Cartacuba y el Zorzal.
Al final del itinerario, la gruta ofrece un espectáculo de estructuras pétreas en sus amplias galerías iluminadas por la luz natural.
En el sendero del bosque al mar, en forma de herradura, resalta la palma thrinax o guano blanco, el almácigo, jagüeyes y majaguas, entre otras reliquias botánicas, añadió el experto.
Finalmente el recorrido por el Cabo de San Antonio permite contemplar los acantilados fósiles del sur o farallones, suerte de balcones hacia los mares circundantes, expresó Márquez. (PL)