¡Gracias por todo, Fidel!
El hombre “…que para en la tierra aunque la luna le hinca…” como lo caracterizara la poetisa Carilda Oliver Labra, estuvo ayer en la Mesa Redonda Informativa. La noticia se publicó desde horas tempranas de la mañana, y se multiplicó a lo largo y ancho del verde caimán de Las Antillas.
¡Fidel le hablaría al pueblo desde su tribuna de siempre! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué necesarias esas palabras, aunque esta vez vaticinen tristes acontecimientos!
Los buenos cubanos y los amigos de todo el mundo, esperamos ansiosos que las manecillas del reloj marcaran, al fin, las 6 y 30 de la tarde. En los últimos años han sido muchas las fotos publicadas, también lo hemos visto en pequeños reportajes recibiendo a importantes personalidades, pero en ese, su tradicional espacio, se le extrañaba.
Fue al calor de la Batalla de Ideas cuando se gestó el programa. Él, el indiscutible líder cubano abordó desde allí temas cruciales relacionados con la economía del país. ¡Fidel va a hablar hoy en la Mesa Redonda!, se escuchaba decir entonces y la noticia corría como el viento. Luego todos esperábamos sus criterios certeros, y las buenas nuevas que buscaban siempre una recuperación de la economía cubana.
Cuando lo vimos ayer, fue imposible no recordar aquellos días, a muchos se nos oprimió el pecho, porque los años no pasan por gusto. Sin embargo nos reconfortó el hecho de que el invencible Caguairán cubano mantiene la vitalidad, energía y sagacidad suficientes para seguir haciendo Revolución desde su actual e imprescindible trinchera de combate.
Su voz, aunque más ronca, conserva el mismo ímpetu que cuando declaró el carácter socialista de la Revolución Cubana, cuando la Isla quedó libre de analfabetismo, cuando reclamó el regreso del niño Elián González, o cuando afirmó que Gerardo, Antonio, René, Fernando y Ramón volverán a la patria.
Fidel, no llevaba su uniforme verde olivo. Hace algún tiempo nos habituamos a verlo con ropa deportiva; y es que no necesita ese atuendo para que la rama de Olivo, los colores de la bandera del 26 de julio y la estrella solitaria descansen sobre su hombro firme.
El comandante de siempre le habló al pueblo. Frente a la pequeña pantalla escuchamos atentos sus valoraciones acerca de los peligrosos acontecimientos que tienen lugar en el Oriente Medio.
Su voz, autorizada y más que probada, nos preocupó a todos, Sin embargo la certeza de contar con hombres como él nos levantó el ánimo. Como dijera la poetiza matancera: ¡Gracias por todo, Fidel!
(Por: Yanayma Rodríguez Molina/ Radio Santa Cruz)