La tierra da abundantes frutos a quien la trabaja con amor
En Santa Cruz del Sur hay conciencia, capacidad y el espíritu imprescindible para darle a cada problema la solución que corresponda. Se valoran las actividades económicas y productivas como vías indispensables para reducir las importaciones y buscar fórmulas novedosas a través del trabajo mancomunado. Trabajar la tierra es una modalidad que ya da fruto por estos lares.
Mil 457 solicitudes se han hecho para obtener tierras en usufructo, de las cuales se han aprobado mil 165, según declaró Jaime Enrique Guerra Guerra, director del Centro Nacional y Control de Tierras en esta localidad, quien asegura que ya están preparándose y produciendo más de 14 mil hectáreas. “Quedan aún muchas por liberarse de marabú, pero en la medida que se vayan dando las aprobaciones, se irán logrando resultados muy beneficiosos en esas áreas”.
A través del Decreto Ley 259 han recibido también terrenos una cifra considerable de personas jurídicas, “ocupan más de 620 hectáreas, lo que posibilita darle mejor atención alimentaria a sus colectivos laborales”.
En este fuerte movimiento hay presentes usufructuarios dedicados a la crianza de ganado mayor y menor, productores de caña, arroz, cultivos varios y forestales.
“Cuando el agricultor, poco a poco, le da condición a la caballería pedida puede solicitar otra, y si logra ponerla en óptimas condiciones puede llegar hasta tres. A los inspectores les corresponde hacer controles periódicos para verificar los avances y resultados relacionados con los compromisos hechos por las personas jurídicas y las naturales”, significó Guerra Guerra.
El sistema jurídico llevado por Alieski Costa Jerez rastrea todo el proceso desde que el interesado presenta un documento que le es entregado “por el dueño de la tierra, ya sea una Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS), alguna Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBCP) o Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) que tiene tierra en usufructo”.
Al tenerse la ubicación del lugar funcionarios de Geocuba y la Oficina Nacional de Hidrografía y Geodesia (ONHG) hacen las respectivas mediciones, esta última emite la certificación catastral, “donde se ponen los linderos, el nombre del usufructuario y la cantidad de área. Luego viene la declaración jurada, donde entre otras cosas, debe estar especificada la ayuda familiar que recibirá el usufructuario”.
El beneficiario recibe un aval que deberá entregar a la entidad campesina donde va a pertenecer. “Luego los especialista de Planificación Física emiten un certificado. El expediente con todos los documentos establecidos se valora en la Comisión Agraria Municipal donde se determina su aprobación. El 259 enaltece a la Madre Tierra”, dijo Costa Jerez, quien aseveró que la tierra da abundantes frutos a quien la trabaja con amor.
Santiago Santacruz
Cortesía para Radio Santa Cruz