Descansa el fútbol en Suráfrica, con fiesta de España

Descansa el fútbol en Suráfrica, con fiesta de EspañaJohannesburgo, Suráfrica, 11 jul .- Inconforme como cada cuatro años, porque siempre se añora la perfección del fútbol que nunca llega, acepto con tristeza el fin de uno de los espectáculos maravillosos que permiten paliar las penas y disfrutar de la visibilidad.
 
Ganó España, con signos de admiración, y es al menos el premio al seleccionado que más constancia y calidad imprimió a su balompié en los últimos tiempos. Sobre todo cuando le hizo un extraño al pulpo Paul y derrotó a Alemania en la Eurocopa-2008.

Venció el mejor, el más técnico, hábil y vistoso elenco, a pesar de sus dificultades para concretar el gol, a pesar de que esta noche enfrentó además de la truquera Holanda al pésimo arbitraje del inglés Howard Webb.

Con frecuencia he discutido con colegas y amigos en torno a la trascendencia del deporte en general y del arte. No pocos escépticos y detractores se plantean el asunto en la misma dirección: ¿para qué sirven?.

Respecto a la actividad deportiva admiten que es fuente de salud y confraternidad, pero remarcan, no sin razón, la demencia mercantilista que dejó en suspiros la idea del barón Pierre de Coubertin, de competir por encima de cualquier otra consideración. En fin, el punto de mi defensa a ultranza al deporte y en especial al fútbol, subraya el goce de contemplar actividades en las cuales no hay voceros, ni ministros ni "fuentes fidedignas" que amparan una afirmación o comunicado.

Nadie puede negarle al espectador el placer de gritar un gol, de fustigar una mala jugada o de alabar y recriminar, al mismo tiempo. Son perspectivas únicas, extraordinarias y emocionantes. Para detalles, la repetición de jugadas en pantallas gigantes.

Sólo los fanáticos holandeses se atreverían a señalar fuera de juego al gol decisivo en el minuto 116 de uno de los exponentes más representativos de la belleza del balompié en el mundo, Andrés Iniesta.

El juego rudo que caracterizó a los naranjas también frente a Brasil esta vez no obtuvo los resultados. Simplemente España fue inmensa y mereció el título.

Pero lo más importante es lo que dejó este curioso espectáculo de un mes. El acto de graduación de un continente por primera vez en la historia reconocido: Africa y en particular Suráfrica, excelente sede de un evento mundial.

La reunión de luminarias alrededor del torneo, desde estrellas de Hollywood como los actores Morgan Freeman, Charlize Theron y Leonardo Di Caprio, y el rey del tenis internacional, el español Rafael Nadal, entre otros.

Y el nombre de posiblemente la figura más querida y respetada en todas las latitudes, el héroe silencioso de esta inolvidable historia africana: Nelson Mandela. (PL)