Gustav, Ike y Paloma: ¿récord en fuerza destructiva?
Lino Luben Pérez
Sin que estableciera una marca el paso por Cuba de tres huracanes en la actual temporada ciclónica, del primero de junio al 30 de noviembre, el valor de su devastación se aproxima a los 10 mil millones de dólares y pudiera pasar a la historia como la más costosa.
La cifra es de consideración si se tiene en cuenta que en poco más de dos meses, Gustav, Ike y Paloma azotaron la Isla en casi toda su geografía, algo poco común incluso hasta para los avezados meteorólogos cubanos y el sistema de Defensa Civil, con 46 años de experiencia en su enfrentamiento.
Solo la acción combinada de los primeros en vientos, lluvias e inundaciones a su avance prácticamente por todo el país, entre el 30 de agosto y el nueve de septiembre pasados, los convirtieron en los más dañinos en las memorias de esos fenómenos meteorológicos en Cuba por la magnitud de sus daños.
Aún en pleno proceso de recuperación de las afectaciones en instalaciones de todo tipo, el ocho de noviembre, una indeseable Paloma sobrevoló tierra cubana en las inmediaciones de Santa Cruz del Sur, una localidad de la provincia de Camagüey que sufrió en 1932 un destructor ras de mar.
Más de cuatro millones de personas, ante la amenaza del tenebroso trío, recibieron la protección concebida por las autoridades para cada caso, una parte de la cuales se albergó en centros de evacuación y el resto experimentó el abrigo solidario de familiares y vecinos. Los turistas también fueron reubicados.
Las acciones de ese tipo corroboran un estudio de la Organización de las Naciones Unidas, según la cual, el riesgo de morir víctima de un huracán en Cuba es 15 veces menor que en Estados Unidos
En visitas a zonas del territorio camagüeyano dañadas por Paloma, el presidente Raúl Castro sintetizó la estrategia de la Revolución ante los ciclones, al asegurar que existe la voluntad de vencerlos por el hecho de que lo más importante es proteger a la población.
El doctor José Rubiera, jefe del Departamento de Pronósticos, del Instituto de Meteorología, recordó que no constituye un récord la presencia de tres huracanes por Cuba en la actual temporada, pues en la de 1886 y 1909 hubo cuatro.
Sin embargo, la actual década es considerada la más activa para la Isla en cuanto al azote de los que alcanzan gran intensidad: son seis los que con esa fuerza afectaron el territorio nacional de 2001 a 2008, tras su formación en el Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe.
Gustav, Ike y Paloma generaron igualmente generosos gestos solidarios desde Rusia, Vietnam, China, la República Bolivariana de Venezuela y otros muchos países, que los cubanos no solo agradecen por su volumen o precio, sino por su significado para resarcirse de las cuantiosas pérdidas materiales que produjeron.