[:es]Campesino santacruceño, damnificado de huracán Irma, celebrará construcción de nuevo domicilio[:]

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Santa Cruz del Sur, 19 ene.- “Quien vivió lo que yo viví en aquellos miserables gobiernos sabe que todo en aquella época estaba patas arriba para los pobres”. Con el lenguaje típico de los guajiros le satisface comunicarse a Wilfrido Rodríguez Collot, campesino retirado de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Julio Antonio Mella, enclavada en áreas de la comunidad Flor de Mayo, distante más de 30 kilómetros de la cabecera municipal santacruceña.

Trabajadores del organismo de Base de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), al que perteneció y de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Ocujal, están a punto de terminarle al veterano productor la nueva morada.

“En este mismo sitio estaba la otra casa. En mal estado se encontraba su estructura. por eso los vientos del huracán Irma la tiraron al suelo. A tiempo les hice caso al delegado de circunscripción y a mis hijos. Verdaderamente era un peligro quedarse allí. Me albergaron en una vivienda bien fuerte hasta que pasó el peligro”, comentó pausado.

De tablas de palma, techo de fibrocemento.  pulimentado piso de cemento y carpintería metálica,  la sencilla residencia ya exhibe su belleza en medio del entorno rural. “Cuando la pintemos se verá muy linda. Sembraré muchas matas de flores alrededor de ella”, aseveró.

Américo López Ávalo, obrero de la UBPC Ocujal, dijo al redactor que sólo falta finalizar el caballete, colocar el marco y la puerta del fondo del inmueble, además  de colocar la instalación eléctrica.

Rodríguez, en sus años mozos, se incorporó a las Milicias Nacionales Revolucionarias en el municipio camagüeyano Sierra de Cubitas. Él afirma conocer cada agujero de las lomas de ese territorio. “Porque combatí a las bandas de alzados contrarrevolucionarios hasta dejarlos sin una sola bala ni posibilidad de hacer resistencia”.

Él se deleita contemplando la residencia, va a su interior, recorre sus alrededores, observa detenidamente cada detalle por concluir.

Las ideas le hacen “piruetas” en la cabeza. Los ojos avivados del joven miliciano, del campesino de 74 años, declaran el deseo ya “sembrado”: “Festejaré con un guateque la entrega de mi lindo domicilio para cantarle a Fidel y a la Revolución Cubana. Délo por seguro periodista”.

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