Economía

China y Brasil fortalecen vínculos bilaterales

China y Brasil fortalecen vínculos bilateralesBeijing .- Brasil y China acaban de dar nuevos pasos hacia la reciprocidad en sus relaciones con la visita de la presidenta Dilma Rousseff a este país, la cual incluyó una agenda que trascendió los vínculos bilaterales.

  Las primeras declaraciones de la mandataria tras regresar a su país despejan cualquier duda respecto a los resultados del viaje: diría que "fue muy exitoso, porque alcanzamos nuestros objetivos principales".

Esta visita tenía como uno de sus propósitos básicos lograr un mayor acceso al mercado chino para exportaciones brasileñas, sobre todo productos más elaborados a fin de enriquecer relaciones comerciales concentradas en unas pocas materias primas.

Una de las decisiones con ese fin resalta en el comunicado conjunto firmado por Rousseff y su homólogo Hu Jintao, en el cual se reconoce la necesidad de intensificar el diálogo sobre la estructura de las inversiones y el comercio, incluida la diversificación de ese último.

Además, la parte china expresó disposición a estimular a sus empresas para que incrementen las importaciones de productos de mayor valor agregado de la otra.

Cabe recordar que estos vínculos económicos muestran un notable crecimiento en años recientes.

En 2009 China se convirtió en el mayor socio comercial de Brasil y en 2010 en una de sus principales fuentes de inversión extranjera.

En cifras todo es más evidente.

Hace una década el intercambio de bienes y servicios era de poco más de tres mil millones de dólares y el año último sobrepasó los 56 mil millones de dólares, con un saldo favorable al país suramericano de cinco mil millones de dólares.

Pero otra estadística ilustra la necesidad de avanzar hacia la reciprocidad en el desarrollo de estos nexos, establecidos en 1974: el 84 por ciento de las exportaciones brasileñas son productos básicos (soya, mineral de hierro, petróleo y celulosa).

Mientras el 98 por ciento de las ventas chinas al otro mercado está constituido por manufacturas.

Tal situación explica el objetivo fijado para esta visita de una semana y el mensaje que la presidenta transmitió a un foro empresarial: queremos dar un salto de calidad en nuestras relaciones.

A juzgar por el balance del viaje concluido el 16 de abril último, ambos países están listos para ello.

En esta ocasión se firmaron cerca de 20 acuerdos de cooperación en sectores como la defensa, ciencia y tecnología, recursos hídricos, inspección y cuarentena, deporte, educación, agricultura, energía, telecomunicaciones y aeronáutica, entre otros.

De esa relación destacan los referidos a la compra de 35 aviones por parte de aerolíneas chinas y los rubricados por la empresa Petrobras con Sinopec y Sinochem para acciones que incluyen desde la colaboración tecnológica hasta la identificación de oportunidades de negocios.

A todo ello se añaden otros convenios que permitirán abrir el mercado chino a la carne de cerdo brasileña.

Sin olvidar que la empresa estatal china ZTE, del sector de las comunicaciones, construirá una fábrica en Sao Paulo.

También se alcanzaron acuerdos en las áreas de ciencia y tecnología, otra de las prioridades en el desarrollo de estos vínculos.

Los últimos se inscriben en la voluntad común de lograr una mayor cooperación en esos campos, tema que animó un diálogo de alto nivel en el que participó la presidenta Rousseff.

Los esfuerzos incluyen la cooperación en el lanzamiento de satélites, que suman tres, con otros dos en los planes.

Más allá de los avances bilaterales, estas dos importantes economías emergentes consolidaron posiciones en temas globales, apreciables en los resultados de la tercera cumbre del llamado grupo BRICS, integrado también por Rusia, India y Suráfrica, que debutó en esta ocasión.

La Declaración de Sanya, ciudad de la meridional isla china de Hainan, revela pronunciamientos que reafirman coincidencias entre Beijing y Brasilia y fortalecen su papel, como el de los demás miembros del foro, en las relaciones internacionales.

Uno de ellos se refiere a la necesidad de una reforma integral del Consejo de Seguridad de la ONU, con vista a hacerlo más efectivo, eficiente y representativo, para que pueda enfrentar con más éxito los desafíos del mundo actual, de acuerdo con el documento.

Más preciso es el reconocimiento por parte de China – y Rusia- de la importancia de los otros tres países en las relaciones internacionales, así como la comprensión y apoyo a su aspiración de desempeñar un mayor rol en el citado órgano.

También reiteraron el llamado a reformar el sistema financiero internacional para que refleje los cambios en la economía mundial y garantice más participación de las naciones emergentes y los países en desarrollo.

Este balance explica la confianza expresada por la presidenta Rousseff en la cooperación bilateral y el calificativo de muy provechosa que dio a la visita, durante la cual asistió además a la sesión inaugural de la X Conferencia Anual del Foro Boao para Asia, en la mencionada isla.

Allí se debatió sobre "Desarrollo incluyente, agenda común y nuevos desafíos".

De esta forma Brasil y China avanzan hacia la reciprocidad en sus vínculos, una meta hoy más cercana.  (PL)