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Elecciones en Cuba, verdadera democracia

Elecciones en Cuba, verdadera democraciaConscientes de que a partir de este lunes 3 de septiembre pondremos a prueba en Cuba, una vez más, nuestra capacidad de decidir, acudiremos a las asambleas de nominación de candidatos en los barrios, como parte del proceso eleccionario más transparente del planeta.

Allí, ratificaremos que el poder del pueblo sí es poder, pues haremos uso del derecho que nos da la Revolución a proponer a los más capaces para representar nuestros intereses en las asambleas municipales del Poder Popular.

Cuba vive actualmente un sui géneris proceso de actualización de su proyecto económico y social, con incuestionable basamento socialista -en apego al ideario del Moncada (clarinada libertaria de 1953 liderada por Fidel Castro)-, que en sus postulados demandará de las estructuras gubernamentales de municipio una mayor responsabilidad en la ejecución del perfeccionamiento.

De allí que a la hora de designar mediante el voto a mano alzada y público a nuestro propuesto, lo hagamos teniendo en cuenta que unido a su carisma popular, posea cualidades políticas y de ejecutividad que le permitan decidir y trabajar en consecuencia, en caso de ser electo.

Es más, debemos concebir que ese hombre o mujer postulado, no importa el color de la piel o creencia religiosa, puede llegar a ocupar escaños en las asambleas provinciales de Gobierno y en el Parlamento Nacional, pues así lo conciben la Constitución de la República y la Ley electoral cubanas.

Unido a todas las razones prácticas que conlleva hacer una adecuada selección de los candidatos, en esta primera etapa de los comicios generales en Cuba, que posibiliten mantener y perfeccionar las bondades del Socialismo en beneficio de la inmensa mayoría, está el hecho de que votamos contra las imperiales leyes del Gobierno yanqui, que a modo de moderna Enmienda Platt, pretenden sojuzgar, otra vez, a la mayor de la Antillas.

Para quien de ello dude, que le eche un vistazo a los contenidos de la Ley Helms-Burton, o al capítulo “busheANO” para una llamada transición democrática en la Isla, o a las acciones del actual presidente Obama; a los enunciados de la recientemente celebrada Convención Republicana, o a los “piropos” contra la Isla en la de los demócratas, y a las publicadas directrices para los asalariados y vendepatrias dentro y fuera de Cuba.

En fin, a cuanta maquinación agresiva se le ocurra en la parafernalia electorera del momento o a la administración estadounidense de turno, con el propósito de mantener el jugoso negocio de la contrarrevolución y asegurar los votos de la mafia de Miami.

Aquí, desde la nominación, en transparentes elecciones generales, los camagüeyanos aseguraremos nuestra votación, decididos, como todo el pueblo digno y revolucionario de Cuba, los más, a proseguir labrando el porvenir por senderos libertarios y de verdadera democracia socialista, a nuestra justa medida y sin patrones de dominación.

Editorial de Cadena Agramonte