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Jueces corruptos en EE.UU. envían a menores a prisión

Jueces corruptos en EE.UU. envían a menores a prisiónImagino que nadie se asombrará: en Estados Unidos los jueces mandan a prisión a inocentes, enfermos mentales, condenan a muerte a esquizofrénicos o paranoicos, y ordenan la ejecución de personas cuya falta de culpabilidad está absolutamente demostrada.
   
Estafas, fraudes financieros, quiebras ilícitas de bancos y pagos injustificados a altos ejecutivos… y hacer algo por dinero es lo más normal en territorio norteamericano, y lo más inmoral también.
   
Dos jueces desconocedores del término ética constituye algo usual. Mark A. Ciavarella Jr. y Michael T. Conahan toparon con una investigadora tan acuciosa y decidida como Amy Goodman, del sitio Democracy Now, capaz de descubrir que casi cinco mil niños en Pensilvania fueron hallados culpables, y dos mil de ellos encarcelados.
   
Tras bambalinas los dos “magistrados” recibieron sobornos de empresas constructoras y propietarias de cárceles privadas que lucraron ampliamente por el aumento de la población penal y por lo cual, le cobran amplios pagos al gobierno.
   
Ciavarella y Conahan, a pesar de sus buenos salarios, decidieron ponerse de acuerdo con los carceleros particulares y “ganaron” 2,6 millones de dólares por enviar a prisión a niños que, en la mayoría de los casos, no tenían acceso a abogado.
   
Esto es vivo ejemplo de la pudrición que corroe por dentro al sistema de justicia en Estados Unidos, donde el neoliberalismo desea privatizar todo, igual que ha realizado con las cárceles. A ese paso, los jueces también se convertirían en mercancía.
   
Amy Goodman emplea como ejemplo el caso de Jaime Quinn, de 14 años. Por pelear con una amiga y dar par de bofetadas, fue condenada a cuatro años. Incluso la obligaron a ingerir medicamentos que no necesitaba y ni siquiera sabía para qué eran.
   
Quinn es tan solo una de miles de niños y niñas encerrados por los dos jueces corruptos de Pensilvania.
   
En otro caso, el Centro de Derecho de Menores (Juvenile Law Center) con sede en Filadelfia, se involucró cuando Hillary Transue fue enviada a prisión por tres meses por crear un sitio web que parodiaba al subdirector de su escuela.
   
Hillary tuvo que enfrentarse al juez Ciavarella, y firmó bajo engaño la renuncia a tener abogado. La audiencia demoró los 90 segundos que el juez comprado por los carceleros demoró en condenarla a tres meses de prisión.
   
El Centro de Derecho de Menores descubrió que en la mitad de los casos de bisoños condenados en el Condado de Luzerne, Pensilvania, actuaban Ciavarella y Cobahan.
   
Como todo en el capitalismo tiene su filo para los delincuentes legales, el Wall Street Journal informó que “las empresas que gestionan cárceles privadas se están preparando para una ola de nuevos negocios, ya que la recesión económica dificulta cada vez más que los funcionarios del gobierno, tanto a nivel federal como estatal, construyan y administren sus propias cárceles”. (Joaquín Rivery Tur/AIN)