Vivienda de santacruceño en comunidad La Playa resistió los embates de Paloma
Santa Cruz del Sur, 8 nov.- En una de las casas de mampostería levantadas hace varios años frente al anchuroso muro de concreto de la comunidad de La Playa de Santa Cruz del Sur, residen María Emilia Costa Navarro y Cándido del Risco Guerra. El hombre que ya sobrepasó los 70 calendarios, oriundo del lugar, todavía se pregunta cómo su casa pudo soportar los embates del huracán Paloma.
“Pudimos a tiempo con ayuda de brigadistas voluntarios de la Cruz Roja sacar todas las cosas de la vivienda para no perder ningún bien. Estuvimos durante el azote del fenómeno hidrometorólogico el ocho de noviembre de 2008 en un sitio seguro donde el mar no llegaría. Así ha sido ante cualquier amenaza de ciclón, como sucedió de igual manera ante el peligro de la tormenta tropical Melissa, convertida luego en huracán”, comentó el lugareño.
Su esposa María Emilia opinó: “Si ese monstruo mal llamado Paloma con intensas lluvias y fuertes vientos hubiera pasado por Santa Cruz del Sur la casa donde hemos echado una vida no se hubiera sostenido en pie. Aún están visibles muchos de los daños que Paloma le provocó. Han quedado como desagradable recuerdo”, indicó.
“Cuando retornamos en esa oportunidad a la morada ese “bicho” le había arrancado las ventanas. Con recursos propios pudimos restablecerlas pero no del todo”, manifestó el septuagenario, quien es hijo de padres sobrevivientes del huracán del nueve de noviembre de 1932. “No hubo ayuda del Gobierno en esa época por eso murió mucha gente.
Con los dirigentes que tiene esta Revolución nadie quedará desorientado ni abandonado a su suerte. Mucha es la preocupación de los que atienden la Defensa Civil. La vida de las personas es lo primero a proteger. Nos sentimos muy apoyados en ese sentido, argumentó del Risco Guerra.
Cuando de Santa Cruz del Sur se alejó el huracán Paloma, dejando gran destrucción en el fondo habitacional y sobre todo en la comunidad de La Playa, comenzó la etapa recuperativa con la construcción inicialmente del barrio con igual nombre que el meteoro y el levantamiento de edificaciones multifamiliares. En medio de tanto trajín apareció la expresión popular: Ningún pichón quedó al garete.

