Veterano artista galo cambia el rostro a vetusta estación habanera

La Habana, 26 may. -La XII Bienal de La Habana trae hoy un nuevo motivo para embarcarse en la lanchita que cruza hasta la población de Casablanca: ver el nuevo rostro de la estación del Tren de Hershey.

 

Casablanca, ultramarino poblado célebre por el gigantesco Cristo esculpido por Jilma Madera en su mayor cumbre, es también origen y destino del único tren eléctrico que aún rueda en Cuba.

Durante años la diminuta estación aledaña al embarcadero local languideció hasta degenerar en un rincón oscuro como las aguas de la rada, hasta que el arte -y no el Cristo- obró un milagro.

El responsable fue el veterano artista conceptual francés Daniel Buren (1938), quien hace apenas dos días fue investido aquí con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Cubana de las Artes.

Con más de medio siglo de trabajo con las herramientas visuales, célebre por sus bandas blancas, Buren intervino la estación con el apoyo de la comunidad para embellecer algo hasta ahora deprimente.

Incluso Abel Prieto, ex ministro cubano de Cultura y asesor del presidente Raúl Castro, reconoció el impacto de esa obra, a tono con el espíritu de la Bienal de sacar el arte de sus espacios habituales.

"Ha sido un trabajo intenso y hermoso, y más allá del contexto de la Bienal, ojalá sea preservado para bien de la comunidad", declaró a Prensa Latina una de las curadoras, Laura Salas.

Buren es considerado una de las firmas más influyentes dentro del conceptualismo, con obras como Les Deux Plateaux y otras acogidas en el Museo Guggenheim, el Centro Pompidou y la Bienal de Venecia.

Más de 300 artistas, galeristas y curadores de 45 países se dan cita en esta capital para disfrutar del mayor evento de las artes plásticas en Cuba, volcado esta vez en hacer dialogar las obras con la comunidad.