Satisfacción conyugal sinónimo de longevidad, asegura estudio

Washington, 3 may .- Tener un cónyuge feliz está asociado a una vida más larga, independientemente de las características socioeconómicas y demográficas de los individuos o su estado de salud, destaca un estudio publicado en la revista Psychological Science.

 

Esta tesis se basa en datos de una encuesta a más de cuatro mil parejas estadounidenses de más de 50 años de edad, realizada por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, comentó la autora de la investigación, Olga Stavrova.

Durante ocho años los participantes y sus cónyuges informaron sobre la satisfacción con la vida y varios factores que se suponían estaban relacionados con la mortalidad, incluido el apoyo percibido por parte de la pareja y la frecuencia de actividad física.

También completaron una medida de salud autoevaluada y proporcionaron información relacionada con su morbilidad (según la cantidad de enfermedades crónicas diagnosticadas por el médico), el sexo, la edad al inicio del estudio, el étnico, la educación, el ingreso familiar y la mortalidad por pareja.

Los fallecimientos de los participantes en el transcurso del estudio se rastrearon utilizando el Índice Nacional de Muertes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades o los informes de los cónyuges.

Luego de pasados los ocho años habían fallecido alrededor del 16 por ciento de los participantes, la mayoría hombres mayores, pocos activos físicamente, con peor salud que aquellos que aún estaban vivos y una menor satisfacción con la vida.

Según Stavrova ‘los hallazgos subrayan el papel del entorno social inmediato de los individuos en sus resultados de salud. Lo más importante es que tiene el potencial de ampliar nuestra comprensión de lo que conforma el entorno social de los individuos al incluir la personalidad y el bienestar de los individuos cercanos’.

La experta descubrió que una mayor satisfacción con la vida de la pareja se relacionó con una mayor actividad física, que correspondió a una mayor actividad del participante y una menor mortalidad de ambos participantes.

Esta investigación podría tener implicaciones para preguntas tales como a qué atributos deberíamos prestar atención cuando seleccionamos a nuestro cónyuge o pareja y si las recomendaciones de estilo de vida saludable deberían dirigirse a las parejas (o hogares) en lugar de a los individuos’, señaló Stavrova.