Reconocen ejecutoria de Cuba al reelegirla para Consejo DD.HH.

Naciones Unidas, 30 oct.- La reelección de Cuba para el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas constituye un reconocimiento a su obra y labor en este tema, afirmó aquí el embajador Rodolfo Reyes.

En declaraciones a Prensa Latina poco después de la votación en la Asamblea General, el representante permanente de la Isla ante la ONU precisó que el mundo con su apoyo reconoce el papel, el compromiso, la dignidad y el liderazgo del país caribeño en materia de derechos humanos.

Reyes recordó que Cuba ha promovido en el planeta iniciativas sobre los derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos, así como su derecho al desarrollo y la paz.

Además, ha impulsado la cooperación y la solidaridad en el importante sector.

Mediante sufragio directo y secreto, la Asamblea eligió este viernes a 14 países para ingresar o mantenerse durante el período 2017-2019 en el Consejo, órgano que a partir de 2006 sustituyó a la cuestionada Comisión de Derechos Humanos, blanco de denuncias y críticas por la manipulación y los ataques selectivos contra gobiernos del sur.

Cuba recibió 160 votos en la plenaria, y junto a Brasil obtuvo los dos escaños en disputa por América Latina y el Caribe, dejando sin opciones a Guatemala, el otro aspirante de la región.

Contamos con el respaldo de los países del sur, que reivindican las causas que defiende Cuba en la cuestión de los Derechos Humanos, pero también tuvimos el apoyo de naciones desarrolladas, destacó el embajador.

De acuerdo con Reyes, una vez más la comunidad internacional reconoce el sacrificio y la resistencia del pueblo de la Isla.

Estamos en una semana histórica, hace apenas dos días, el planeta aprobó en la propia Asamblea General, y de manera casi unánime, un nuevo reclamo de levantamiento del bloqueo estadounidense, subrayó.

El diplomático recordó que el miércoles último, 191 de los 193 miembros de la ONU respaldaron la resolución que demanda el fin del cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington durante más de medio siglo, iniciativa adoptada de forma contundente aquí desde 1992, y que no tuvo este año votos en contra, tras las inéditas abstenciones de Estados Unidos e Israel.