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¡Qué tristeza!: octogenario santacruceño recuerda devastador paso del huracán Paloma en 2008 (+ Fotos)

Santa Cruz del Sur, 9 nov.- Ha transcurrido más de una década luego de que el 8 de noviembre de 2008 un fenómeno atmosférico afectara gran parte del fondo habitacional de Santa Cruz del Sur, fundamentalmente la comunidad de La Playa, donde residió el octogenario José Adalberto del Risco Guerra (Pepe).

“Yo vivía con mi esposa Luisa Edelma Téllez Fernández y mis hijos muy cerca del litoral costero. Éramos muy felices allí. En las mañanas al levantarnos disfrutábamos la serenidad del mar y el barullo de las gaviotas capturando peces que desde la altura les eran blanco fácil.

Nunca olvidaré eso. Tampoco la familiaridad que existía entre vecinos. Cualquiera te regalaba un pescado. Se lanzaban los cordeles desde el muro y siempre caía algún plateado, rabirrubia u otro peje. Fue una etapa maravillosa”, comentó Pepe.

Pero la naturaleza tiene muchas veces manifestaciones nada agradables, inesperadas. Al darse a conocer en partes meteorológicos de la amenaza de un ciclón por esta parte del sur camagüeyano con el nombre de Paloma, los santacruceños imaginaron no sería tan peligroso.

“La Defensa Civil tomó las medidas oportunas, como siempre, y nos sacó en ómnibus de la zona de peligro. Mis familiares cercanos y yo nos evacuamos en la casa de una tía mía. Con el paso de las horas el fenómeno ya era huracán.

Cuando llegó la normalidad, los playeros, como así nos llaman, quisimos volver para nuestros hogares. ¡Qué tristeza!, la mayoría de las viviendas estaban en el suelo. A la nuestra le faltaba una parte. Pero nos llenamos de fuerza, recuperamos madera y la reconstruimos”, evocó.

De inmediato el movimiento constructivo se hizo sentir en Santa Cruz del Sur, levantándose el barrio Paloma y numerosos edificios multifamiliares para los más afectados. La fuerza del pueblo y la Revolución cubana siempre serán superiores a cualquier evento hidrometeorológico.

José Adalberto del Risco Guerra reside, con su cónyuge Luisa Edelma y dos de sus hijos, en el edificio multifamiliar número 85.

“Tenemos un hogar confortable y las cosas necesarias para sentirnos felices. Le estamos agradecidos al Estado y a sus dirigentes”, recalcó emocionado este santacruceño que sigue añorando aquellos años de existencia cerca del mar.