Pedrito Calvo en sus 80, por encima del nivel

La Habana, 25 feb.- A menudo somos víctimas de un espejismo cuando se nos asegura que, si a un músico le pagan millones en el extranjero, es porque debe ser muy bueno, aunque sepamos que no sucede siempre así.

En nuestro país también contamos con grandes artistas, pero con la salvedad de que los millones en esta ocasión, representan una referencia a la cantidad de personas que, por ejemplo, admiran sinceramente a Pedro Calvo por los casi 30 años que se desempeñó como cantante en la orquesta insigne de Juan Formell y los Van Van.

Entonces, tratemos de dejar a un lado el impacto que deja en nosotros enterarnos de las altas sumas de dinero otorgadas a determinados músicos por razones de mercado y reflexionemos sobre la proeza de este espléndido cubano de pura cepa que es Pedrito, quien en su «polaquito», pintado con frases de los aclamados estribillos, hizo historia al recorrer toda Cuba junto a sus canciones.

Pero si erramos cuando se calcula el valor del músico solo por lo mucho que este gana, tampoco se hace justicia, desde una mirada paternalista, asumir que Pedro tuvo sus mejores momentos al lado de Formell, sin nada más que añadir.

Es que representar al legendario vocalista de una orquesta ranqueada como los Van Van durante su etapa dorada, significa nada menos que hacer alusión al cuarto bate de un equipo de Todos estrellas, en quien Juan siempre confió para botarla fuera del parque cada vez que se apropiaba de un nuevo tema.

Si todavía impresiona escuchar a Pedro en las grabaciones de Por encima del nivel, Ese no es mi problema o La titimanía, rememorar el momento en que aparecieron estas y otras tantas canciones, es recrear aquella emotiva conmoción de sentirnos orgullosamente cubanos, debido al hechizo de su personal impronta al cantarlas.

Se trata de un asunto de tal envergadura como si hubiéramos tenido la oportunidad de ser testigos presenciales del dominio en la escena de un Benny Moré, o reconocer, de una vez y por todas, que si a los Van Van en un momento lo comparan con los Rolling Stones, entonces Pedrito, sin lugar a dudas, sería nuestro Mick Jagger.

Y al plasmar esa sensación de dicha suprema a nivel de nación, no existe fortuna alguna con que se le pueda recompensar por semejante entrega. Queda mucho por legitimar acerca del legado vanvanero, pero en el caso de Pedro Calvo, cercano a cumplir los 80 años, estamos obligados a rendirle una honra mayor proveniente de millones de compatriotas a quien sentimos como algo muy nuestro. (Guille Vilar/ Granma) (Foto de archivo)