[:es]Palmenio Arangel no conoce el miedo[:]

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Santa Cruz del Sur, 18 jul.- A los ruidos extraños del monte, a la oscuridad impenetrable de la manigua donde muchas cosas pueden parecer y no son, se acostumbró Palmenio Arangel Torres Romero, el mayor de sus nueve hermanos.

“El miedo para nosotros fue siempre algo desconocido. Nacimos sin derecho a la luz eléctrica. Para guajiro pobre no había ese privilegio, tampoco escuela”, así se expresó con tono evocador este hombre casi octogenario de piel cobriza y pómulos endurecidos a causa de la lucha revolucionaria y los quehaceres curtidores del campo.

Tenía en los inicios de sus actividades clandestinas, 14 años. “Coco Chino y Antonio Hernández que estaban metidos en esas cosas del Movimiento 26 de Julio (M-26-7), hablaron conmigo para servirles de mensajero”, indicó.

Cerca del antiguo barrio San Daniel, hoy poblado perteneciente al actual Consejo Popular Cándido González, donde Torres vivía con su familia, se escondía un grupo de hombres.

“Estaban refugiados en el ramblazo de La Algarroba. Allí le llevaba mensajes, alimentos, medicinas, de todo lo que les hacía falta. Ellos querían alzarse pero se encontraban desarmados.

De igual manera los mantenía al tanto de la cantidad de casquitos (soldados) de Batista que había en el Batey”.

La tarea clandestina llevada a cabo sin levantar sospechas posibilitó conseguir algunas armas: “Sí, de calibre 12 y 16. Algunos campesinos se desprendieron de esas escopetas por la buena causa”, acotó Palmenio.

El objetivo de los sediciosos era unirse a la Columna rebelde número 11 Cándido González en los montes de San Miguel del Junco, entre el actual municipio Amancio Rodríguez, de la provincia Las Tunas y la comunidad santacruceña Haití. “Esa tropa era comandada por Jaime Vega. Los ayudamos a lograrlo”, puntualizó.

Cuando el Comandante Ernesto Guevara y sus barbudos pasaron por estos predios, César Gregory, un primo del entrevistado pudo unirse a ellos por la zona de Raúl Tres. “Pero cuando el Che vio a los demás que andábamos con él no nos aceptó, diciéndonos que éramos muy chiquitos y “saticos” todavía”.

Torres Romero fue fundador de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, siendo movilizado hacia la limpia del Escambray. “No dejamos un alzado contrarrevolucionario por aquellas lomas. Fidel nos dio la orden y la cumplimos”, manifestó orgulloso

Ahora reside en el lugar nombrado María Luisa, del propio CP Cándido González. Allí tiene su finca, la que inscribió con el patronímico Che. “Es un homenaje al eterno al Guerrillero Heroico. Tengo sembrada caña, también cultivos varios”.

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