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Osvaldo, un santacruceño que no se doblega ante los padecimientos de salud (+ Fotos)

Santa Cruz del Sur,  22 abr.- La dedicación del padre a las tareas de la agricultura para mantener los 10 hijos lo recuerda Osvaldo Rondón Ávalo, el más pequeño de la descendencia. “Nací en Jobabo, zona de campo de la provincia de Las Tunas. Comprendí desde muy joven la utilidad del trabajo”, puntualizó.

Cuando el tronco de la familia falleció, la vida del tunero dio un rotundo  giro. “Para apoyar a mi mamá a cargo de tres nietos, comencé a chapear marabú, picar postes, también leña, sembrar arroz y de todo lo que se hace en la agricultura, sin tener conocimiento de esas cosas”, afirmó.

Su esposa María, santacruceña de nacimiento, lo convenció de venir a vivir y trabajar a esta localidad. “Estuve haciendo guardia en escuelas y tiendas de víveres. Luego fui albañil de la antigua Empresa Pecuaria y apoyé la construcción del barrio Paloma y edificaciones multifamiliares”.

Tanto aprendió Rondón Ávalo de la agricultura que decidió volver al surco. “Durante trece años trabajé en La Granjita, perteneciente a la Empresa Cañera Cándido González. Sembraba distintos cultivos, recogía las cosechas, guataqueaba y chapeaba donde me indicarán”, manifestó.

La enfermedad ósea que padece no lo ha desanimado. Su espíritu de trabajo es superior a cualquier malestar. “Estoy retirado por mi estado de salud pero en el patio he cultivado plátanos de diversas variedades, maíz, ají, frijoles y calabaza.

Todavía tengo fuerzas. No voy a dejarme vencer. A veces los dolores me obligan a reposar. En cuanto siento alivio salgo a darle atención a los cultivos. No estoy acostumbrado a estar sentado. Me gusta sembrar. Espero pueda hacerlo por mucho tiempo más”, confesó optimista Osvaldo.