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Organización Mundial de la Salud calla la verdad sobre primera vacuna anti COVID-19 de Latinoamérica

La Habana, 25 dic.- La vacuna cubana Abdala es el primer inmunógeno anti COVID-19 de Latinoamérica y el Caribe, un hecho olvidado hasta hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al no incluirlo en la lista para uso de emergencia.

El fármaco cuenta desde julio pasado con el autorizo de empleo de emergencia de la entidad regulatoria nacional, tras demostrar una eficacia de un 92,28 por ciento en la prevención de la enfermedad sintomática y una efectividad del 90 por ciento en pacientes graves afectados por el coronavirus SARS-CoV-2.

Asimismo, mostró un aumento del 99,15 por ciento de anticuerpos en voluntarios de tres a 11 años y del 98,28 por ciento en los de 12 a 18 participantes en el ensayo clínico Ismaelillo realizado en la central provincia de Camagüey.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), creador del inmunógeno, confirmó que el aumento de los títulos de anticuerpos fue de cuatro veces o más a partir de la primera dosis del fármaco en esos grupos poblacionales.

El ensayo clínico concluyó el 14 de octubre pasado, en él participaron 500 niños y se emplearon dos formulaciones con potencias de 25 y 50 microgramos de Abdala, en un esquema de 0-14-28 días.

La investigadora principal de los estudios con esa vacuna, Sonia Resik, destacó en aquel momento que más del 80 por ciento de los eventos adversos reportados en los pequeños fueron leves y el resto de los indicadores eran comparables a los datos obtenidos en adultos, hecho que ratificó su efectividad.

Con esos resultados, las autoridades sanitarias cubanas autorizaron una campaña masiva de vacunación, así como el uso en la población de dos a 11 años de edad desde octubre pasado, decisión que convirtió al país caribeño en el primero a nivel mundial en proteger a niños, niñas y adolescentes de la COVID-19.

Por otra parte, la vacuna Abdala, con el paso del tiempo, mantiene su seguridad, efectividad y la respuesta inmune ante la COVID-19, lo que ratifica su idoneidad para dosis de refuerzo, afirmó la doctora Verena Muzio González, directora de Investigaciones Clínicas del CIGB.

Explicó que la respuesta inmune fue superior en personas ya vacunadas con tres inyecciones de ese fármaco y en otras con Sinopharm (China) y Sputnik (Rusia), al intervenir en noviembre pasado en el espacio radio televisivo Mesa Redonda.

Precisó que son satisfactorios los resultados del ensayo clínico con convalecientes sin ningún fármaco antiCovid-19 administrado, realizado en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras de esta urbe.

De ahí el visto bueno del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) de aplicarse como dosis de refuerzo en sujetos con más de cinco meses de vacunados.

Desde el pasado 7 de noviembre se aplica la dosis de refuerzo de Abdala en la capital cubana a trabajadores de la salud, estrategia que se extendió de forma escalonada a otros sectores poblacionales.

Se prevé la entrega de de poco más de seis millones de dosis para acelerar ese proceso ante la aparición de la variante Ómicron del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.

La isla caribeña cuenta también con los inmunógenos Soberana 02 y Soberana Plus, del Instituto Finlay de Vacunas, para combatir la pandemia de la COVID-19 y dos candidatos vacunales (Soberana 01 y Mambisa) en fase de ensayos clínicos con resultados importantes, según fuentes oficiales.

Países como Venezuela, Nicaragua, Irán y Vietnam administran las vacunas cubanas en su población.

Esta realidad es desconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al agregar a la lista para uso de emergencia al fármaco recombinante Vaxzevria (AZD1222) para tratar la enfermedad, producida conjuntamente por Argentina y México, utilizado en algunos países y con esta aprobación se facilitará su adquisición y producción.

El biológico, de la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca, es desarrollado por la empresa argentina mAbxience y la mexicana Laboratorios Liomont y, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y la convierte en la “primera” vacuna en Latinoamérica.

Se sumó a los inmunógenos Covaxin, Covishield, Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca, Sinovac (CoronaVac) y Sinopharm aprobados por el ente sanitario internacional. (PL)