Octogenaria santacruceña se mantiene con la guardia revolucionaria en alto


Santa Cruz del Sur, 25 sep.- La puntualidad en los deberes hogareños forma parte de los cotidianos hábitos de la entrevistada. Desde el propio inicio del diálogo con el reportero la fémina recibió de manos de su esposo la sencilla cacerola  llena de arroz. ¨A él la vista no lo acompaña para limpiarlo, pero me ayuda en otras cosas¨, comentó espontánea.

Al regresar de Trinidad, demarcación de la Provincia de Santi Spíritus,  mucho había avanzado el año 1960. ¨Vine de vuelta para esta localidad y comencé a vivir en el poblado La Playa. A los pocos días fui seleccionada para dirigir un Comité de Defensa de la Revolución (CDR)¨.

La nueva presidenta de este sistema de vigilancia colectiva creado por Fidel el 28 de septiembre de 1960, se integró también a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), las Milicias Nacionales Revolucionarias y posteriormente al Destacamento Mirando al Mar para proteger el litoral costero junto a  pescadores y su familia.

En la crisis de los mísiles o crisis de octubre, en la que Cuba al igual que en Girón supo mantener la firmeza rebelde, Mercedes Victoria Acuña fue movilizada en ambas ocasiones. ¨Muchas compañeras, evocó, nos dedicábamos a atender a los milicianos con los alimentos imprescindibles. En  la playa ellos se situaron en varias posiciones, listos para entrar en combate si era necesario, y nosotras también¨.

Mucha caña cargó la santacruceña en la zafra de 1970. En esta contienda de la gramínea conocida por el pueblo cubano como la de los diez millones conoció y laboró junto a los revolucionarios Armando Hart, Aidé Santa, Aurora Gayol, madre del combatiente Jesús Suárez Gayol y Jaime Crombet.

Duro fue el quehacer en la caña quemada de estos predios y la extraída de los campos de  ¨Amancio Rodríguez¨, municipio de la actual provincia Las Tunas.

A los recién 86 años cumplidos la Acuña se mantiene en el puesto de presidenta, ahora en el CDR número 10 Frank País, del edificio multifamiliar en el cual reside. Ella como otros pobladores de esta localidad recibió una nueva vivienda por resultar damnificada del huracán Paloma.

¨Continuaré, mientras la salud me lo permita, manteniendo la guardia cederista en alto¨, aseveró decidida.