[:es]Nuevos libros continuarán alumbrando la trova en Cuba[:]
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Con el envidiable aval de que sus títulos desaparecen con rapidez de los estantes de venta en ferias y librerías, Betancourt tiene entre sus joyas escritas Como la rosa, como el perfume, que realizó a cuatro manos con el reconocido trovador, ya fallecido, Eduardo Ramos.
En las páginas de ese cancionero están las letras de 40 emblemáticas composiciones musicales cubanas, entre las cuales resaltan La Bayamesa, Longina, Pensamiento, Juramento, Veinte años, Las perlas de tu boca y Le dije a una rosa, junto a síntesis biográficas de sus creadores.
Ese libro, de Ediciones Museo de la Música, forma parte del Programa de Rescate, Plasmación y Difusión del Patrimonio Musical, del Instituto Cubano de la Música, y devino en el 2011 un significativo aporte al conocimiento y la difusión de esa vertiente sonora.
Lo que dice mi cantar es otro de los títulos consagrados por el casi nonagenario investigador a la trova, en una compilación de crónicas con semblanzas de artistas cubanos y apuntes sobre acontecimientos históricos de la vida cultural cubana en los siglos XIX y XX.
En la profusa obra de este intelectual se cuentan también piezas dedicadas al legendario intérprete y compositor Francisco Repilado (Compay Segundo), al devenir de la trova en esta ciudad reconocida como la cuna del género; al bolero y otros hitos del pentagrama cubano.
Al referirse a esa incansable faena de Betancourt, el reconocido cantor Vicente Feliú aludió en una de sus letras a ese caminar ‘bajo el sol, bajo la noche, bajo el peso de sus años (…) colectando la memoria del país, su propia historia.’ (PL)
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