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Nemecio Naranjo: Soy santacruceño por derecho, nada me hará cambiar de idea

Santa Cruz del Sur, 2 dic.- Nemecio Naranjo Figueredo (Mecho) ya sobrepasó los noventa calendarios. A pesar de estar jubilado la pesca lo persigue en sus sueños.

“Todas las noches vienen a mi mente aquellos trajines desde que era un muchacho sin zapatos y analfabeto como muchos otros”, dijo.

La pobreza castigó fuerte a él y a su familia cuando vivían cerca de la costa en el barrio de Belic, en la provincia de Granma.

“A papá en la época de zafra le daban un vale por 20 centavos para comprar algunos víveres en la tienda. No teníamos comodidad. Era la desgracia de los humildes”, recordó.

Un pariente trajo a vivir a Santa Cruz del Sur al entrevistado y a sus progenitores.

“Mejoramos bastante. Dejamos de dormir en camas hechas de cujes de matas de guayaba y colchones rellenos de hojas de plátano, pero seguíamos siendo pobres”, puntualizó.

Con la captura de las distintas especies de escama aprendió la construcción de todo tipo de artes de pesca, como chinchorros y nasas. Durante su juventud buceaba hacia la profundidad del mar para amarrar los pesqueros repletos de biajaibas.

“Cuando íbamos a entregar la producción muchas veces el casetero se negaba a recibirla. Teníamos que tirarla al agua quedándonos con una mano delante y otra detrás.

Me sentí verdadero ser humano cuando triunfó la Revolución cubana. Se acabó el abuso”, afirmó.

La sencillez es uno de los valores que caracterizan a Mecho.

“Mientras trabajé en el Combinado Pesquero Algérico Lara Correa (actual Empresa Pesquera Industrial de este territorio) no fui de los más destacados pero tampoco de los remolones”, manifestó.

Naranjo Figueredo se expresó agradecido al referir que le debe mucho a varias personas de este pueblo. Aquí en Santa Cruz del Sur se hizo hombre, conformó una familia y es feliz.

“Soy santacruceño por derecho, nada me hará cambiar de idea. Es el lugar donde voy a morir”, expresó emocionado.