Memorias de un Valiente
Este 28 de abril tiene gran significación para Hugo Betancourt Mayoral, redactor reportero de Radio Santa Cruz. Quizás fue la fecha que marcó el inicio de una etapa donde los primeros miedos se convirtieron en gloria y orgullo personal.
Hace 32 años atrás, junto a un contingente de jóvenes y no tanto, partían como miembros de un refuerzo para las tropas internacionalistas cubanas acantonadas en la República Popular de Angola.
Todo había sido rápido, intenso y bien organizado. Los jóvenes y bisoños soldados, apenas podían imaginar que esta sería una vivencia que los marcaría para siempre.
A las 3 y 45 de la tarde el IL62-M tomaba altura desde la pista del aeropuerto internacional José Martí, en la capital cubana, para arribar a Luanda, metrópoli principal de la nación angolana, a las 10 y 45 del día 29 de abril de 1988.
¡Cuántas vivencias, cuántos encuentros, cuánto peligro, cuánta añoranza, cuántos miedos, cuánta voluntad impuesta por orgullo, por moral, por convicciones!
Hoy recuerda, desde estas tres décadas y un poco más, aquella jornada, donde un puñado de cubanos dejaron atrás lo más preciado, su familia, su patria, sus sueños juveniles, para brindar ayuda solidaria a la hermana nación angolana, agredida por las fuerzas invasoras sudafricanas, y socavada por la contrarrevolución, liderada por la organización UNITA, cuyo líder Jonas Savimbi, era un connotado asesino de su pueblo.
Y como Hugo, a través de la historia de la revolución cubana, muchos compatriotas pueden recordar un día importante, que marcó su vida, en que tomaron vuelo hacia otras latitudes a desempeñar distintas tareas: deportivas, educacionales, defensivas o de salud.
¡Cuántos maestros, cuántos deportistas, cuántos técnicos, especialistas, médicos, enfermeros, laboratoristas, llevan en su memoria la partida a cumplir con el deber sagrado de la solidaridad, del internacionalismo proletario!
Por eso este 28 de abril, día que le trae remembranzas que marcaron el inicio de una etapa donde los miedos se convirtieron en gloria, en este contexto donde el personal de la salud cubana viajó hacia tanto países a salvar vidas, dejando atrás familiares y amigos, como hizo Hugo hace algo más de tres décadas, recuerda esa frase del apóstol José Martí: ¡Patria es Humanidad!
Y con su verbo copioso dedica unos versos a los valientes de estos tiempos.
TIEMPOS DE PANDEMIA
Como el viento fétido
que emana de la catacumbas,
sopla y se extiende por las cumbres,
los páramos, azota, hiere, arrasa,
siembra muerte, tierra desolada,
levanta la mirada,
rebélate en toda la estatura,
protege, salva, lucha, crea.
Como una mascarada grotesca,
ahora el cálido abrazo es solo un espejismo,
detrás de los cristales mujeres y hombres ensayan una cura,
con Damocles acechando con su espada,
No hay senderos, aun se labran,
remontar la ubérrima pandemia,
apocalíptica clarinada que estalla,
ganémosle al crepúsculo,
que el Sol sobrevivió al Eclipse,
y su luz infinita, aun después de Supernova resplandece,
Como el viento fétido
que emana de la catacumbas,
sopla y se extiende por las cumbres,
los páramos, azota, hiere, arrasa,
siembra muerte, tierra desolada,
levanta la mirada, rebélate en toda la estatura,
protege, salva, lucha, crea,
Como una mascarada grotesca,
enciérrate, aíslate, ponle trampas a los demonios de Pandora,
para poder mañana compartir, el anhelado beso,
el esperado abrazo, y apretarse las manos,
y fundirse como un día cualquiera,
donde el aire benigno te llene los pulmones.
(Imagen de Archivo y tomada de Facebook)