Mantener la higiene, imprescindible quehacer en hospital santacruceño

Santa Cruz del Sur, 18 ago.- Los trabajadores del hospital municipal José E. Santiesteban Báez, conceptúan a las asistentes integrales de servicio a la Salud Pública en ese centro como ‘el escuadrón protector de la higiene’ en las salas destinadas a pacientes, pasillos, áreas de oficinas, departamentos en los que se prestan los distintos servicios y consultas, entre otros.

Doce de las 39 mujeres dedicadas a ese imprescindible quehacer laboran en sitios cerrados, por ejemplo en el salón donde se realizan las intervenciones quirúrgicas y la sala de terapia intensiva.

Todas mantienen una rotación 12 horas de trabajo por el día e igual cantidad de tiempo por la noche, teniendo derecho a descansar dos días en el llamado ‘franco’.

“Lo que desempeño es tan importante como cualquier otra actividad. Mantener los pisos, paredes y ventanas limpiecitos está dentro de mis funciones”, expresó Olga del Sol Bernal.

37 años dedicados a conservar el saneamiento de la institución han obligado a renovar varias veces los utensilios a Manuela Pérez Castillo. “La administración nos suministra las escobas, trapeadores… cuanta cosa necesitamos nos entrega. Por donde quiera que yo barro y trapeo los jefes y trabajadores dicen: Por aquí pasó Manuela, aunque las demás compañeras encargadas de este cometido se esmeran mucho”.

Victoria Jiménez Salazar planteó sentirse satisfecha, “porque soy respetada y considerada. Nadie destruye mi esfuerzo. En cualquier institución de Salud Pública hay distintas emanaciones debido a los medicamentos que se emplean, pero la pulcritud prevalece, nosotras nos responsabilizamos de eso. Como dice la canción de Buena Fe: Todo el mundo cuenta”.

Estas asistentes integrales prestan atención, en caso necesario, en la movilidad de los pacientes que acudan a la institución, cuando no pueden valerse por sí mismo; y cumplen las normas de bioseguridad establecidas.

Acompañantes y pacientes se sienten a gusto en el santacruceño José E.Santiesteban Báez. Daisy Montero Sánchez en los días que ha estado junto a la nieta en la sala de Pediatría, ha observado “lo consagradas que son las mujeres a cargo de la limpieza. Es verdad, reciben un salario por eso, pero lo hacen muy bien. No dejan polvo alguno en ninguna parte”.

“Usted le puede pasar el dedo a cualquier ventana… ellas dejan estos locales impecables”, aseguró Juan Sánchez Lastre, uno de los pacientes ingresados en la sala de Medicina.

Al efectuarse la entrega del turno de trabajo la que lo recibe puede manifestar cualquier inconformidad, sin embargo, según afirma Miguel García Periú, Jefe de Servicio, nunca ha sucedido en el tiempo que lleva al frente de la ocupación. “Son responsables, unidas, dedicadas, cumplidoras y eficientes. Se esmeran en los detalles para mantener al máximo la higiene en cada jornada”.

Al escuadrón protector del esmero lo embellece la disciplina. Lo que ejecutan sus manos posee la durabilidad de lo verdadero, pues ostentan la honra afortunada de embellecer el oficio.