Mantendrá firmeza revolucionaria hasta último aliento fundador santacruceño del Partido Comunista.

Santa Cruz del Sur, 17 Abr.- Arturo Peña Arredondo aún a los 97 años tiene el privilegio de gozar con clara memoria. Éste, uno de los siete hijos de familia campesina de la zona de Becerra ubicada en áreas de la santacruceña comunidad de Haití, trajo las remembranzas al presente de lo que fue la pobreza en la etapa neocolonial.

“En aquellos tiempos, comentó ensimismado, para los pobres casi no había trabajo. Después que se terminaba la zafra venía el tiempo muerto. Encontrar algo que hacer, que diera algo de dinero, no era fácil. Muchas veces picábamos faragua para sembrar su semilla y llevar algunos centavos a la casa para no morirnos de hambre”.

Como integrante de la célula del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) creado en Becerra narró las acciones ejecutadas. “Vendimos bonos de la estructura clandestina, hicimos y regamos grampas en carreteras y caminos importantes.

Creamos un manifiesto insitando a la lucha. Le dimos candela a cañaverales y quemamos el puente de la línea férrea que se encontraba entre Blas González y Jackson Bill”, pormenorizó el lugareño.

Sintió muchas veces que su vida estaba en peligro. Pero a pesar de las tensiones estaba preparado para caer cumpliendo con el sagrado deber al que se había entregado voluntariamente.

Cuando el 27 de septiembre de 1958 la Columna número 11 Cándido González fue emboscada en el caserío de Pino Tres por fuerzas al servicio de la tiranía, al interrogado por el reportero y sus camaradas de lucha le fue orientado auxiliar a los barbudos que lograran escapar de las fauces de la macabra estratagema.