Jóvenes santacruceñas: vocación para el magisterio
Santa Cruz del Sur, 15 nov.- Los estudiantes se pusieron de pie en gesto de urbanidad al llegar al aula el reportero. Todos a la vez dieron los buenos días, sin perder la firme posición cerca de los pupitres dijeron el lema, compuesto de esa frase con presente y futuro para ser mejores.
Entre ellos estaba la joven Eliani Matamoros Hernández, vestida con blusa blanca y falda-short azul. Realizará en el transcurso de tres semanas la práctica del ejercicio pre profesional.
“Es mi primera experiencia”, puntualiza la alumna de la escuela pedagógica “Nicolás Guillén Batista”, de Camagüey. “Curso el segundo año. Estoy más enamorada de mis estudios y de la futura labor que voy a cultivar”.
Sus padres, según contó la propia estudiante, la acompañaron el primer día al plantel primario “Fabricio Ojeda”, de esta localidad y se la presentaron a Iralia García Salgado, maestra de primer grado.
“Enseguida la reconocí. Le impartí clases de primero a cuarto grado. Fue una niña tímida, de poco hablar, aunque responsable, estudiosa y disciplinada, la recuerdo así”, expresó la educadora.
Al inicio Eliani se sintió algo apenada al encontrarse frente a los infantes. “Para romper el miedo escénico les dije mi nombre, entonces cada uno de ellos manifestó el suyo. Fue tan simpático, pues expresaban los apelativos de prisa. Cuando terminó el último el alma se me colmó de esas vocecitas”.
Revisa las libretas de los chiquilines, esos que ya son pioneros Moncadistas y les inspecciona si realizaron las tareas dejadas para el hogar. “De igual manera los mando a conformar palabras en el componedor; los guío en los análisis fónicos y a construir oraciones”.
Como ya lo ha hecho en cursos anteriores con otros muchachos de la “Nicolás Guillén Batista”, Iralia se ocupa ahora del tutorado de la Matamoros. “Es puntual. Cada tarea que le doy la cumple. Los niños la quieren y la respetan. Si tengo que salir en algún momento del aula la disciplina sigue controlada”.
En otro centro de similar nivel de enseñanza, el “Frank País García”, atiende un grupo de quinto grado la recién graduada Liliany Baldera Hernández. “Soy la hermana mayor de Eliani. Ambas estamos felices porque el magisterio nos apasiona”.
Queda entusiasta Matamoros Hernández entre los quehaceres que la forman, en ese encargo que por ahora es práctica y mañana demandará constancia.