Al sur

José Martí, amor y fe en la grandeza de los hombres

Santa Cruz Del Sur, 28 ene.-  Para el hombre sincero, al que los cubanos han aprendido amar desde pequeños, cada obra bella, grande, redime un momento de amargura. Pero su alma patriótica venció firmemente traiciones y fracasos; consideró que lo odioso es la cobardía cuando se necesita valor.

Convencido estuvo José Martí hasta su caída en combate en Dos Ríos, de cara al sol como quería, de la importancia de la lucha armada y de la necesidad suprema de juntar voluntades, de sumar conciencias, pues en puntos de honor no hay más vía que el camino recto.

Él creyó con fé en que podía lograrse la plena independencia de Cuba, porque la grandeza de los hombres engendra pueblos. La República, dejó escrito, es el mundo de muchos, el valor de todos. A la vez señalaba solícito odiar la bajeza, el disimulo, la hipocresía y la falsa virtud.

Los buenos hijos de la Isla en la que el Apóstol sufrió prisión, cargó grilletes y fue además desterrado, reclamaban la verdadera libertad. La voluntad unánime de los leales e inclaudicables consiguió conquistar con sangre y pólvora el anhelado sueño, hecho realidad con la guía de Fidel.