Halcones dominan política de EE.UU. contra Cuba, afirma especialista
La Habana, 21 ene.-La política de Estados Unidos hacia Cuba está en manos de grupos neoconservadores, halcones que impulsan la hostilidad y los castigos casi semanales contra la isla caribeña.
Así lo afirmó a Prensa Latina Ernesto Domínguez, profesor titular e investigador del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana (Cehseu).
El investigador consignó que se trata de personeros ligados a la contrarrevolución de origen cubano asentada en Florida, y que están colocados en la cúspide de la administración del presidente Donald Trump.
Uno de ellos es John Bolton, quien hasta abril de 2018 como consejero de Seguridad Nacional impulsó la política fallida de presiones y sanciones de todo tipo contra Cuba y Venezuela en el afán de asfixiar sus economías y aislar a sus gobiernos sobre todo en el concierto latinoamericano y caribeño.
Pero ahora hay otra persona, también cubanoamericano: Mauricio Claver Carone, quien probablemente sea el arquitecto de la escalada de hostigamiento que sufren ambos países, también con el contubernio e influencia del senador Marco Rubio y otros de la elite cubanoamericana, dice el especialista del Cehseu.
Detrás de esos halcones está el creciente número de medidas aplicadas en los últimos meses contra Cuba, en el afán de doblegar a la Revoluciòn Cubana y echar abajo la gradual normalización de relaciones que dejó el presidente Barack Obama al final de su gestión, añade.
Subraya que además de una escalada de agresiones, ahora son más selectivas y punitivas, con el propósito de dañar más a la isla caribeña, cortar sus ingresos, desalentar la inversión extranjera, lastrar los planes de desarrollo e incidir negativamente en el nivel de vida de la población.
‘Trump ha estado restableciendo las políticas tradicionales e históricas de línea dura, tratando de destruir la economía cubana y de forzar la rendición del gobierno cubano cortándole toda línea vital que Cuba pueda tener para reproducir su economía y su vida social’, añade.
Enfatiza que Washington pretende forzar la rendición del país mediante el hambre, una política muy vieja pues data de los años 60.
Explica que la estrategia anticubana de Trump va en contra incluso de los intereses de empresas estadounidenses, pues corta las posibilidades de que sus propias compañías establezcan negocios e inviertan en Cuba.
Esa política no es buena ni para los pequeños negocios ni para las grandes compañías de Estados Unidos, concluye el experto. (Prensa Latina)