Evoca santacruceña humilde vida campesina y actuación en circo La Rosa (+ Fotos)
Abril 2022.- Subir tantas veces, junto a sus hermanos la loma de Los Horneros allá por la Sierra Maestra, para llevar en cubos el agua necesaria de las tareas domésticas, fortaleció el espíritu de la menor de las mujeres de la humilde familia campesina Álvarez Carrazana.
“Vivíamos en una casa de yagua y techo de guano en un lugar que se llama Lemajagua perteneciente a Guisa, municipio de la provincia de Granma; todos ayudábamos a papá en las plantaciones de café, frijol, boniato; la crianza de las aves de corral y los cerdos.
Éramos tan pobres como la mayoría de la gente que vivían por esa zona, sin derecho a estudio ni asistencia médica. El único entretenimiento era trabajar la tierra para garantizar la alimentación”, narró Ofelia Estrella.
Cuando triunfó la Revolución liderada por Fidel los padres de la fémina compraron una modesta casa en Bayamo donde terminaron de criar a sus hijos. La vida les cambió para bien, dándole un vuelco de 180 grados a los Álvarez Carrazana.
“Por esa época yo tenía 19 años, me sentía feliz pero echaba de menos el verdor de la Sierra Maestra y los misteriosos ruidos de las noches en Lemajagua”, afirmó.
A los pocos meses de estar en la nueva morada, la protagonista de este trabajo periodístico, los seres queridos y vecinos escucharon el anuncio público de la llegada a la ciudad Bayamesa del circo La Rosa.
“Nunca había visto un espectáculo de este tipo, mi hermana Eulalia me acompañó a verlo. Nuestro padre nos dio el dinero; la entrada costaba 25 centavos.
Fuimos de las primeras en llegar. Nos sentamos en una parte de las gradas desde la cual disfrutaríamos mejor toda la presentación. Aquello se puso repleto de personas, ansiosas porque diera comienzo la actividad”, señaló.
El público aplaudía sin cesar, aunque algunos de los presentes se mostraban temerosos del actuar de los domesticados leones. Mucha risa adornó los rostros de los espectadores, con los payasos y otras actuaciones humorísticas, refirió meditabunda.
Cuando a la escena salió el cantante y acróbata Julio Rodríguez (El Charro Negro) Ofelia Estrella quedó impactada con su presencia física a pesar de ser un hombre de unos 40 años o más.
“En cuanto esa tarde concluyó el espectáculo fui a saludarlo y felicitarlo personalmente. Nos volvimos a ver en otras ocasiones hasta que comenzamos una linda relación amorosa.
Julio me ayudó y fui contratada en el circo, recibí el adiestramiento imprescindible y enseguida me convertí en Dayuma la mujer eléctrica, La mujer sepultada y La mujer sin cuerpo.
Además fui acróbata en la escalera volante; recibía dos o tres pesos al finalizar cada función, así podía ayudar a mis padres”, indicó.
Cuando la carpa, los animales salvajes y los artistas del circo La Rosa tomaron rumbo a Baire, la enamorada a primera vista siguió al Charro Negro.
Pasados varios meses Ofelia Estrella Álvarez Carrazana extrañaba demasiado a sus padres y hermanos. “Decidí dejar ese mundo en el que fui muy feliz, pero hasta la muerte seré la artista circense Dayuma”, recalcó la residente en el Reparto Fernando del Toro de Santa Cruz del Sur.