[:es]Estás y estarás Comandante en Jefe en cada accionar santacruceño[:]
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El andar risueño de los estudiantes, el sudor productivo del campesinado, las respuestas innovadoras en talleres, fábricas, la fortaleza educacional, el altruismo puro de los profesionales y técnicos de Salud Pública, los combatientes a la vanguardia, los militantes afiliados a la ejemplaridad, se convierten en impronta de tu tesón Comandante en Jefe.
Las raíces del caguairán en que te has convertido nutren las energías, el momento histórico, las razones para reafirmar en tono consciente: ¡Somos Fidel!
Te vemos real, gigante, barbudo, presto a enfrentar la batalla más difícil. Sigues convirtiéndote en presencia, discurso, compañero, hermano, padre, guía indetenible.
En esta tierra que no se rinde ante el enemigo ni los huracanes enfrentaste las arremetidas del ciclón Cleo, conociste de los resultados productivos de la camaronera, del combinado pesquero Algérico Lara, fuiste además orador en un modesto balcón de las oficinas del central Cándido González, cuando el ingenio avisó con su pitazo el cumplimiento fabril.
Sonríes, reflexionas, navegas en el Granma, subes a la Sierra, vas a la cabeza del triunfo de los humildes en la Cuba mambisa, en esencia rebelde. Así apareces en los dibujos de los niños, en las poesías y misivas de esos pequeños agradecidos, conocedores del significado de tu nombre, de tu historia sin monumentos.
Estás y estarás en el protagonismo cotidiano de los santacruceños. Aquí en esta tierra se encuentran tus otros soldados del deber, dispuestos Fidel a acrecentar la firmeza del socialismo en la Isla de la estrella inquebrantable.
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