Al sur

El futuro de Cuba está en sus hombres y mujeres de bien

Santa Cruz del Sur, 21 mar .- Gran revuelo en la red de redes causa la visita a Cuba del presidente de Estados Unidos Barack Obama. Admiradores de Cuba y detractores fijan posiciones en una contienda que a veces supera el sentido común, pues si de algo hay que vanagloriarse en esta isla es de los derechos humanos que gozan todos los cubanos. Los santacruceños somos testigos de esto.

Es en Francia, con su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada en 1789, donde por vez primera una nación recoge en un solo documento de alta jerarquía histórica y jurídica los derechos o libertades fundamentales, no del súbdito, sino del hombre y del ciudadano.

Los derechos o garantías individuales, consagrados genéricamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas, constituyen la coraza defensiva del ciudadano frente a las extralimitaciones y abusos del Estado.

Derechos Humanos fundamentales, para los cubanos, es, en primer lugar, el derecho a la vida, a la libertad y la seguridad de las personas, como establece el Artículo 3; el derecho gratuito a la Educación, en el Artículo 26; el derecho a la Asistencia Médica sin costo alguno y el Bienestar de la persona y su familia, en el Artículo 25; y el derecho a la Seguridad Social, contenido en el Artículo 22 de la Declaración, por solo citar algunos ejemplos.

Todo eso, a pesar de las dificultades económicas que enfrenta actualmente el país, lo tiene asegurado el cubano común, con independencia de su raza, color, religión, posición económica, origen social, nacimiento, filosofía o posición política.

El bienestar de los niños y niñas es un propósito inherente al proyecto social cubano. El respeto y la atención a sus derechos constituye una estrategia que, de manera consciente y planificada, permite la proyección de acciones en favor de la infancia.

Los indicadores que describen la situación de la infancia cubana hacen a la nación comparable con los países más industrializados y ricos del mundo. El compromiso político del Gobierno y la movilización social de todo el pueblo en beneficio de las niñas, niños y adolescentes, unido a la responsabilidad compartida y la participación de todos de manera multisectorial y descentralizada, se destacan como las premisas fundamentales.

El Estado protege los derechos de la infancia mediante la Constitución de la
República a través de los diferentes Códigos, Leyes y Decretos Leyes que de ella emanan.

Entre éstos se encuentran, el de la Niñez y la Juventud, el de Familia, el Civil, y el Penal. Cuba tiene un gran número de medidas legislativas, judiciales, administrativas y de otra índole, relacionadas con estos derechos mediante los cuales se regulan los distintos aspectos inherentes a la maternidad, la paternidad y la filiación en general.

La protección a la infancia se aprecia desde el desarrollo de la planificación familiar. El Estado Cubano estimula que cada niño que nazca sea deseado y garantiza su derecho a la vida al ofrecer a las madres, sin distinción alguna, los conocimientos y cuidados especiales sobre la crianza de sus hijos.

La educación en la mayor de las Antillas está garantizada para todos por igual, donde tenemos idénticas posibilidades reales de escalar en los niveles de enseñanza hasta las universidades y luego tener asegurado empleo. La instrucción es gratuita totalmente. La Revolución cubana aplica desde sus orígenes el principio de su Héroe Nacional, José Martí, de que “ser cultos es el único modo de ser libres”.

Desarrolló una campaña que libró al país del analfabetismo y en más de cincuenta y cinco años ha extendido y consolidado un sistema educacional de los mejores del mundo. Junto a la educación, los logros en la cultura, el deporte, el acceso a los servicios de salud constituyen ejemplos distintivos esenciales, para todo aquel privilegiado de nacer en esta tierra caribeña.

En Cuba cuando un ciudadano llega a un hospital, no se le pregunta cuánto gana, ni si tiene seguro médico o tarjeta de crédito. No se le exige la cédula electoral, ni se le pregunta su filiación política. Los medicamentos están al alcance de todos. Los servicios de salud son totalmente gratuitos y cercanos a los lugares de residencia.

A pesar de sus carencias Cuba ha compartido y continuará compartiendo sus logros y experiencias con otras naciones, con lo cual hemos contribuido desinteresadamente a la realización de los derechos humanos de otros pueblos del mundo. ¿Cuánto vale un país? El valor de sus hombres y mujeres.

El mayor capital que se puede tener es el humano y es ahí donde radica nuestra fuerza. Una nación asegura su futuro si atesora hombres y mujeres de bien.