Ciencia y Salud

“Cubanos, entre la vida y el ébola”

El documental “Cubanos, entre la vida y el ébola”, es una coproducción del Sistema Informativo de la Televisión Cubana y el Ministerio de Salud Pública de Cuba, donde los médicos cubanos son los protagonistas.

 

Expone los testimonios de algunos sobrevivientes del ébola, del presidente de Guinea Conakry, el canciller de Liberia, representante de la ONU en Liberia, un representante de “Save the children”, en Sierra Leona.

 

En el diálogo con el Portal de la Televisión, el periodista y realizador Yordanis Rodríguez Laurencio se refirió al documental “Cubanos, entre la vida y el ébola”, que editó Adrián Migueles.

 

¿Que significó realizar este documental?

Fue un trabajo bien difícil, pues tuvimos que llevar la historia a 24 minutos, lograr la síntesis. Desde que salimos de Cuba esa fue siempre la idea, pero uno se va emocionando con la historia que va captando el lente y no quiere perder nada del material  filmado. Al final creo haber alcanzado el objetivo. En el tiempo que dura el audiovisual llevamos el sentir de todos los implicados que tanto nos marcó.

 

¿Cuánta preparación física y psicológica requirió hacer este documental por su temática?

Mucha, más psicológica que física, pues cada vez que entrábamos a un Centro de Tratamiento estábamos entre la vida y la muerte. Siempre que hablaba con mis abuelos,  mis padres, mi hermano y mi esposa se me hacía un nudo en la garganta, pues a veces estaba dentro filmando, y era muy difícil decirle a mi familia que estaba todo bien y al mismo tiempo ver como morían personas, aunque los cubanos hacían hasta lo imposible por salvar vidas.

 

Cuando en Liberia y Sierra Leona ya se había controlado la epidemia, en Guinea, justo cuando llegamos, empezó a coger fuerza el virus en la zona de Coyah, donde estaban los cubanos. Teníamos que filmar allí, pues no había logrado los planos que necesitaba de los cubanos en un Centro de Tratamiento.

 

Yo me decía: “si los médicos entran por qué no lo vamos a hacer nosotros”, Cuba y el mundo tiene que ver lo que hace nuestra gente, verlos con ese traje donde las temperaturas superaban los 45 grados y verlos salir casi deshidratados y todo por salvar una vida.

 

Ya yo había estado en Bolivia, y recorrer esas montañas de América del Sur fue en parte una escuela para poder enfrentar esta misión en África.


¿En cuáles locaciones filmaron?

El equipo lamentablemente llegó tarde, pero en ese momento fue que Cuba nos pudo enviar, perdimos la oportunidad de filmar a nuestros médicos en los Centros de Tratamiento del Ébola en Liberia y Sierra Leona, pues ya estaban en cuarentena para regresar a Cuba, pero sí logramos captar las imágenes en Guinea Conakri. Allí pudimos entrevistar a pacientes que fueron dados de alta de los centros y a sus  familiares.

 

¿Cuán difícil fue la realización?

La misión de nuestro viaje a África era hacer un documental, pero estando ya en el terreno me empezaron a pedir reportes de la situación para publicar en el SITVC y para Telesur.

 

Yo viajé sin editor, pues el objetivo era tomar las imágenes de lo que queríamos para la realización del documental que luego se montaría en Cuba, pero gracias a mi papá, Eliecer Rodríguez, camarógrafo y periodista del canal Tele Cristal, unos días antes cogí el abc en el Premier y así logré hacer los trabajos que luego enviábamos por FTP o por otra vía alternativa.

 

Fue muy difícil grabar bajo esas condiciones de estrés. No podía tocar nada ni a nadie y andaba siempre con un frasco de gel, vi llorar a algunos médicos ante la pérdida de un paciente y no podía poner ese plano en Cuba pues acá estaba su familia.

 

Era todo bien difícil, pues grabamos en las mañana y en las tardes y noches editaba y mandaba para Cuba.

 

¿A quién agradeces haber realizado este trabajo tan importante de informar al pueblo cubano sobre lo que acontecía con el ébola?

Tengo que agradecer mucho al equipo de Corresponsalía del Sistema Informativo y a su Jefe de Departamento, Rolando del Barrio, a Emilio Moisés, Vicepresidente del ICRT, pues gracias a ellos y a los equipos del Noticiero del Mediodía y el Noticiero Estelar las informaciones que pudimos mandar salían. Siempre apareció una alternativa para enviar la informaciones a Cuba cuando estábamos cerca del comienzo de la emisión. Mandé trabajos hasta por Facebook y Youtube.

 

¿Cuánto te marcó estar en un país que estaba siendo arrasado por el ébola?

Íbamos con la idea de contar la verdadera historia que otros medios callaron sobre el quehacer de los médicos cubanos y para todos fue muy difícil entrar a los Centros de Tratamiento y más todavía luego de conocer de otros miembros de equipos de televisoras extranjeras que se contaminaron cuando filmaban. Aunque la preparación en Cuba fue clave, estábamos conscientes que nos podíamos contaminar. Fue muy triste ver morir a las personas, y sobre todo a los niños, muy duro para aquellos que son padres, realmente fueron impactantes las historias de los galenos.

 

Una de las cosas más difíciles fue llegar a los sitios donde hoy reposan los restos de los dos cubanos que murieron por malaria en África. Pero lo que me marcó para siempre, fue entrevistar a un joven de mi edad que perdió a toda su familia y en sus manos llevaba un niño muy pequeño huérfano de padre y madre, a quien cuidaba en el Centro de Tratamiento.

 

Te referiste a la  verdadera historia de los médicos cubanos, ¿qué quieres decir con esto?

Los cubanos hicieron más de lo que se podía hacer, que era dar una muerte digna a los que llegaban ya pasados los cuatro días de padecer el ébola. Esta enfermedad es muy letal, sin embargo, se salvaron más de 400 vidas, hasta embarazadas, que según refiere la literatura existente es muy poco probable, y los médicos cubanos lo hicieron.

 

A todos ellos, a los que trabajaron cada segundo por tratar de salvar una vida que no se creía se lograra, dedicamos este documental, pues hasta el último minuto estuvieron trabajando en el caso de Villafranca (Coqui) un enfermero muy querido que ayudó junto a otros cubanos a salvar vidas.

 

¿Cómo los recibieron los dirigentes de esos países ?

Ellos no tenían palabras para agradecer tanto empeño por parte de los galenos. Muchos de los que salvaron los médicos cubanos luego cuidaban a otros enfermos, incluso a los niños aunque no fueran familia. La población de esos países sufrió mucho la enfermedad y hubo muchas muertes.

 

Recibimos muchas muestras de cariño del presidente de Guinea, de los cancilleres de Liberia y Sierra Leona, en África quieren mucho a Fidel y qué decir del cariño por los médicos; donde quiera que decíamos que éramos de Cuba nos querían abrazar o dar la mano, y sobrevenía el estrés de que no podías tocar nada ni a nadie, y con un frasco de gel constantemente para las manos porque el ébola es un enemigo que no ves.

 

Lo otro era la malaria, los dos fallecidos que tuvo la brigada fue de malaria, una picada del mosquito y te podías contagiar de esa enfermedad.

 

Alguien especial para nosotros fue la embajadora de Cuba en Guinea, Maité Rivero Torres, quien nos apoyó siempre, y hasta entraba a filmar con nosotros. Fue una cubana de estos tiempos que ayudaba a vestir a nuestros galenos y que era una más del equipo de prensa que sufría la larga espera para que un material llegara a Cuba o a Telesur por Internet y que nos recibió como un hijo en su hogar.

 

¿Cuánto te aportó personal y profesionalmente hacer este documental?

Estar en África me hizo una mejor persona, profesionalmente me preparó aún más en esta profesión que escogí y me probé en esas condiciones tan difíciles. Aunque siempre estuve con un poco de miedo de enfermar, tuve el apoyo de las dos personas que fueron conmigo, que aunque quizás sentían el mismo temor que yo demostraron en todo momento mucho sosiego y firmeza. Esas dos personas, más que colegas fueron amigos, Tomás Oliveros (El cangrejo) camarógrafo del Sistema Informativo, de quien aprendí mucho de fotografía y Enrique Ubieta, escritor y periodista que prepara un libro con historias interesantísimas sobre lo vivido.

 

Esta vivencia me hizo mejor ser humano, le doy gracias a la vida y a la dirección del país por confiarme esta misión. En riesgo estamos todos los días y ese es el periodismo que me gusta hacer. Fue una gran experiencia el poder representar a muchos colegas de la prensa, pues fueron muchos los que dieron su disposición para integrar ese equipo que se seleccionó en solo 24 horas.

 

No estamos satisfechos, pues nos hubiese gustado hacer más, pero las condiciones y las medidas de seguridad lo impidieron. Logramos contar, en 24 minutos, la historia de nuestros médicos, que a riesgo de sus propias vidas salvaron otras.

 

“Cubanos, entre la vida y el ébola” es un regalo al Comandante en Jefe, que fue siempre ese motor impulsor para cada uno de esos hombres que en el continente africano dieron todo de sí y cumplieron el compromiso con el General de Ejército Raúl Castro. Cuba, junto a médicos de otras naciones, pudo contrarrestar la epidemia.

 

Coméntanos más detalles del documental

En el material solo salen los testimonios de los protagonistas, nosotros quisimos que  ellos contaran la historia, relatándonos lo difícil de la intensa preparación no solo acá en Cuba, sino allá en los Centros de Tratamiento.

 

A veces digo que es un gran reportaje, otros entendidos lo califican como un documental. Algo es seguro: está cargado de mucha emoción y sobre todo refleja mucho sentimiento, pues es la historia contada con la voz de los protagonistas, quienes con sus relatos nos marcan de por vida.

 

El documental contiene imágenes tristes y otras de esperanza por el quehacer de los médicos cubanos en el continente africano.

 

¿Cómo te sentiste a tu regreso a Cuba?

Un poco asustado. Estuvimos 21 días en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), sabiendo que si la temperatura tomada con regularidad era 37 y medio, era un síntoma de que podía tener el virus del ébola, qué decir de esos momentos tan duros, nadie se puede imaginar por lo que pasamos, estuvimos recluidos justo el tiempo en que puedes incubar el virus.

 

¿Tienes en planes otro trabajo?

Continúo trabajando en Tele Cristal, apoyando la Corresponsalía del sistema informativo, colaborando con Cubavisión Internacional. Hago los pases a la revista Buenos Días. Además, empezaré a grabar unos materiales por la visita del papa a Holguín y estoy terminando una Maestría en Comunicación, pues el periodista debe superarse cada día.

 

Ya para el nuevo año, cuando regrese Eddy de la Pera, el camarógrafo con quien trabajé, de Venezuela, queremos grabar un documental que se llamaría “Misión Tierra Adentro”, que tratará sobre el quehacer de los médicos que trabajan en los sitios más apartados de la geografía cubana, salvando vidas a veces en condiciones difíciles.

 

Ya lo propusimos al Ministro de Salud, tenemos previsto empezar en enero y llegaríamos desde la Sierra Maestra hasta el Escambray recopilando las diferentes historias.