[:es]Conversando con Fidel[:]
[:es]En la madrugada del 26 de noviembre pasado se eclipsó la Luna y las estrellas detuvieron su titilar. Al filo de la 1:00 a.m., me llegó la noticia de tu desaparición física, no daba crédito a lo que unos minutos después pude confirmar.
Se ha sucedido un mes y nadie te siente ausente, porque en este pueblo sigues haciendo Historia. De un extremo a otro de este verde caimán, la frase Yo soy Fidel se ha hecho pueblo con el ímpeto de no dejarte morir, sentirte al lado y con la firmeza sembrada en jóvenes y menos jóvenes para continuar la Revolución como única manera de hacerte eterno, Mi Comandante.
Solo faltan escasos días para celebrar el 1rode enero, aniversario 58 del triunfo luminoso de tu Revolución, que es la misma de Céspedes y Martí, este año no estarás para ver los fuegos artificiales del festejo, ni los vítores en millones de cubanas gargantas, pero estarás, porque en cada uno de tus hijos crece y se multiplica el fuego de tu llamarada de ideas para guiarnos el camino cual ángel centinela de los tiempos que están por venir.
A 58 años del triunfo andamos prendidos del Concepto de Revolución como si fuera el Juramento de Baraguá, donde prometemos no pactar con el enemigo aquello que mengüe nuestros principios y convicciones, aunque en el tortuoso camino tengamos miles de veces, que desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional.
De ti, mi Comandante, aprendimos que lo que vale en una Revolución no es el interés de un día, sino el interés futuro. ¡El futuro!, ese que tantas veces visitaste para entregárnoslo hecho realidad, por eso cuando asoma un nuevo año y cuando ya cuenta un mes de tu paso a la inmortalidad, prefiero pensar que cada día llegas cual gladiador de los nuevos tiempos, para no soltarnos de tu mano y seguir, en el tránsito hacia la emancipación por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, sin permitir injerencias que comprometan nuestra soberanía y nuestra autodeterminación.
No estarás físicamente en este nuevo enero de victorias, pero está tu inmensa obra, esa que construiste a fuerza de corazón valiente y con singular irreverencia, eso lo festejaremos de un lado a otro de la Isla Grande del Caribe. En la celebración también habrá, sin duda, un lugar cimero para enorgullecernos de que nunca te derrotaron quienes quisieron matarte, llegaste vencedor, invicto, frente a la muerte, el dogma y la mentira.
Recuerdo que una vez sonriendo dijiste: “…el día que yo muera, muchos no lo van a creer”.
Y así es, no has muerto y por eso, por tu legado eterno e imborrable también habrá brindis de honor y compromiso este 1ro de enero. (Tomado de http://razonesdecuba.cubadebate.cu)[:]