Convenciones en año electoral: pandemia rompe la tradición en EE.UU.

La Habana, 17 ago.- El 2020 quedará en la historia electoral de Estados Unidos como el año en que una pandemia arrasó con una de las tradiciones políticas más duraderas: las convenciones nacionales de los dos principales partidos, Demócrata y Republicano.

 

Ese suele ser uno de los momentos más mediáticos cada cuatro años en el proceso que concluye el primer martes de noviembre con la elección del presidente -puesto en el cual quiere repetir Donald Trump-, mientras el Congreso verá la renovación de una tercera parte del Senado y totalidad de la Cámara de Representantes.

Sin embargo, la emergencia sanitaria que al inicio Trump tildó de ser una simple y pasajera gripe, demostró cuán errado estuvo el mandatario en sus pronósticos porque en casi seis meses y a poco más de 80 días de los comicios la nación sigue en números rojos.

Meses de confinamiento y una profunda crisis económica, millones de personas en las filas de los desempleados, más de cinco millones 500 mil estadounidenses contagiados y los pronósticos que para octubre alrededor de 200 mil personas habrían muerto de la Covid-19, la enfermedad que provoca el patógeno, son parte del complejo escenario.

Atemperado a ello y cuando la propagación del SARS-Cov-2 parece tomar fuerzas, los mítines de campaña brillan por su ausencia y las convenciones se verán de lejos o, mejor dicho, desde la pantalla de una computadora.

Así pues, lo que mucho tiempo han sido las reuniones más importantes de ambas fuerzas cada cuatro años, especie de fiesta política, caracterizadas por el entusiasmo de los participantes que promueven a sus favoritos en auditorios repletos, se reducirán ahora a citas remotas debido a los rigores de la Covid-19.

QUÉ SUCEDE EN LAS CONVENCIONES

Convocadas casi siempre entre mediados de julio y finales de agosto, otra de las tradiciones no escritas de la política estadounidense establece que el partido que no ostenta el poder celebra su reunión primero, en este caso los abridores son los demócratas.

El propósito formal de las convenciones de uno y otro bando es seleccionar el candidato del partido a la presidencia y también adoptar una declaración de principios y objetivos de la organización política, conocida como ‘la plataforma’.

Al principio en tales citas elegían a los candidatos a la presidencia, pero después de modificaciones en las leyes electorales (algo que ocurrió desde la mitad del siglo XX) son actos ceremoniales en los cuales ratifican al precandidato que obtuvo los votos suficientes en las primarias para ganar la nominación.

Otro de los elementos que reservaban las convenciones es que descartada la sorpresa sobre el candidato presidencial, el interés recaía sobre quién sería el aspirante a la vicepresidencia.

El compañero de fórmula se escoge en plena convención, pero fue William Clinton quien acabó con la costumbre, al nombrar en 1992 al senador Al Gore días antes del encuentro de los demócratas, celebrado ese año en Nueva York.

A partir de entonces, casi todos los candidatos completan el binomio unos días antes de la convención, como sucedió en este 2020. Joseph Biden despejó la incógnita el 11 de agosto, cuando informó que la senadora de California Kamala Harris lo acompañaría en la boleta electoral demócrata.

Mujer, afroamericana e hija de inmigrantes, Harris es la apuesta de Biden para desbancar a Trump.

QUIÉNES ASISTEN

Delegados, superdelegados, miembros de los partidos, líderes políticos, activistas, representantes de la Cámara Baja, senadores, gobernadores, expresidentes y exvicepresidentes, e incluso los actuales presidente y vicepresidente del país, asisten a las convenciones.

Pero debido a la pandemia, la Convención Nacional Demócrata, que estaba originalmente programada para el 13-15 de junio en Milwaukee, Wisconsin, fue aplazada para el 17-20 de agosto.

Este acontecimiento marca el último impacto que ha tenido el virus en el proceso de nominación del partido en Estados Unidos antes de las elecciones generales de noviembre, indicó el diario The Hill.

‘Desde el comienzo de esta pandemia, pusimos la salud y la seguridad del pueblo estadounidense en primer lugar’, dijo el presidente del Comité Nacional Demócrata (CND), Tom Pérez, en una declaración.

‘Seguimos la ciencia, escuchamos a los médicos y a los expertos en salud pública, y continuamos haciendo ajustes a nuestros planes para proteger vidas’. Ese es el tipo de liderazgo firme y responsable que el país merece, apuntó.

Mientras, la Convención Nacional Republicana mantuvo su fecha del 24 al 27 del propio agosto. Trump se vio obligado a cancelar el evento multitudinario que soñó previsto primero en Charlotte, Carolina del Norte, y trasladó parte del programa para Jacksonville, Florida.

Mala suerte. Florida devino en uno de los estados con mayor número de muertes e infectados por la Covid-19 tras el rebrote que siguió a la reapertura vivida en el país y Trump tuvo que suspender la reunión.

El mandatario admitió que el cambio de planes se debe a que ‘no es el momento adecuado para eso’.

QUÉ DICEN LAS ENCUESTAS

Trump sugirió retrasar las elecciones de noviembre en Estados Unidos, una idea que de inmediato recibió el rechazo tanto de demócratas como de sus correligionarios republicanos.

Algunos observadores ya habían planteado esa posibilidad entre las distintas maniobras que podría utilizar el actual ocupante del Despacho Oval con tal de ganar tiempo para revertir los números de las encuestas nacionales, que lo dan perdedor frente a Biden.

Además, Trump espera -dicen- el milagro de que la economía mejore o aparezca una vacuna contra la Covid-19, que le complicó sus aspiraciones de reelección.

Cambiar el día de los comicios, una fecha que está consagrada en la Constitución estadounidense, sería un hecho sin precedentes, como también utilizar una propiedad pública para un acto de campaña política, alertaron medios locales.

De acuerdo con el más reciente sondeo, Biden cuenta con una ventaja de nueve puntos a nivel nacional sobre el actual gobernante, diferencia que aumenta cuando preguntan a los electores sobre el manejo de la pandemia y la atención médica. Va delante igualmente en el manejo de las relaciones raciales.

Biden no asistirá en Milwaukee, como había planeado. Aceptará su nominación desde su natal Delaware. Trump, por su parte, creó controversias al anunciar que dará el sí el 27 de agosto desde los jardines de la Casa Blanca. Ambos se disputarán la presidencia de Estados Unidos el 3 de noviembre.

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Por Deisy Francis Mexidor/ Periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina