Clara no ha dejado de querer a Fidel

Santa Cruz del Sur, 1ro Dic. “Fidel es la vida mía”-, expresó con el rostro colmado de emociones la santacruceña Clara Piñón Reytor, mientras sostenía en sus manos un viejo recorte de periódico con la imagen del máximo Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. Seguidamente quiso el llanto entorpecerle las ídeas.-“No lo voy a permitir”-, dijo sobreponiéndose.

El Comandante en Jefe tiene para ella mayor significado que sus padres.

Porque ellos no pudieron darme pero él sí: la libertad y la independencia”.

Al evocar los amargos años, hasta 1958, que residió en Las Coloradas, perteneciente al actual municipio de Niquero, comentó:

Pasabamos hambre, mis hijos, yo y mi familia. Los pobres no teníamos ni azúcar para hacer un ten ten pie para llevar almenos algo al estómago. Pero llegó el alimento necesario, el que necesitaba, el yate Granma con Fidel y los demás expedicionarios. Vimos en ellos la esperanza para que ningún gobernante más pudiera humillarnos ni utilizarnos como esclavos”.

El ejército de Batista desplegó sus fuerzas en la zona del desembarco. Una feroz persecución para acabar con los recién llegados de Méjico, se mantenía de día y de noche.

Esa gente era mala, metían las bayonetas por las paredes de yaguas de las casas de los campesinos. Desde una avioneta amarilla lanzaban los guardias papeles con orientación impresa. Se prohibía a los vecinos del área salir de sus casas. Si había tres o cuatro personas fuera de las viviendas, la orden era dispararles, aunque fueran inocentes”.

Al rememorar al jefe del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) y del Ejército Rebelde, Clara Piñón Reytor señaló afligida:

Yo pagara porque Fidel volviera a vivir. Cuando lo veo por la televisión lloro. Él tenía un alma buena. Yo misma me pregunto por qué quiero tanto a ese hombre”.